- Visto para sentencia. El Parlamento culminó ayer el debate de enmiendas a los Presupuestos, y lo hizo sin salir del guión establecido. Una por una han sido aprobadas las 358 enmiendas que ha presentado la mayoría de Gobierno, que se ha apoyado mutuamente y sin fisuras de la misma forma que han hecho decaer todas y cada una de las que ha presentado Navarra Suma.

Un reparto de roles que ha marcado los cuatro largos días de debate, con las fuerzas progresistas lamentando la falta de rigor de la oposición, y la derecha denunciando el rodillo del Gobierno. Nada que no ocurra en un debate de estas características en cualquier otra cámara legislativa. En total, la cantidad presupuestaria modificada asciende a 18,9 millones, prácticamente todas a cargo del Fondo de Contingencia, el recurso que el Gobierno se reserva para imprevistos, y que se había supradotado precisamente para dar margen a los partidos que lo apoyan para atender sus compromisos presupuestarios.

El acuerdo venía ya cerrado y se ha cumplido sin mayores dificultades. Un centenar largo de ayuntamientos, asociaciones y colectivos se han visto beneficiados por las modificaciones presupuestarias, que con una media de 50.000 euros -en muchos casos superan los 100.000- recibirán subvenciones y podrán atender necesidades en infraestructuras sociales, culturales y deportivas. Cohesión Territorial, con cinco millones, y Cultura y Deporte, con tres y medio, han sido así los departamentos más beneficiados.

La dinámica de trabajo no es nueva. Era habitual también durante los Gobierno de UPN, que aprovechaba los pactos presupuestarios con el PSN para una práctica similar, en ocasiones con muchos más millones. Así se lo han recordado los distintos portavoces a Navarra Suma, que durante toda la semana se ha quejado de que se recurra a una práctica que podría realizarse desde el Gobierno, pero que permite a los partidos atender pequeñas obras de interés general que suelen quedar fuera de las grandes cifras de Presupuesto.

Partidos de gobierno y de oposición han rivalizado así sobre su papel en la nueva mayoría parlamentaria. Los socialistas han hecho una defensa cerrada de la acción de Gobierno, han calificando de "históricos" los presupuestos y han acusado a Navarra Suma de "autoexcluirse" de la negociación. Un marco en el que ha encontrado el apoyo de su socio, Geroa Bai, que ha cerrado filas con el Ejecutivo foral y ha aprovechado para avanzar en las alianzas locales en las que viene trabajando desde hace algunos meses. Y también con el de EH Bildu, que pese a que ha dejado claro que este no es su Presupuesto, lo ha asumido como una continuidad de los anteriores y, sobre todo, como la fórmula más efectiva para alejar a la derecha del poder. Pese a algunas discrepancias puntuales, Podemos e Izquierda-Ezkerra han dado su apoyo a la totalidad proyecto.

Algo que no le ha importado a Navarra Suma, que ha encarado con más ahínco que rigor la defensa de sus más de 300 enmiendas, quizá porque tenía ya la derrota asumida de partida. Con EH Bildu como eje central de su argumentario, la derecha ha dedicado estos cuatro días a reclamar más gasto (más de 260 millones) en todos y cada uno de los departamentos del Gobierno foral. Hoy será el turno de debatir la ley de medidas tributarias, último paso antes de ratificar los presupuestos en el pleno del próximo jueves. Sin más cambios relevantes que los ya anunciados por el Gobierno foral, los de Esparza aprovecharán para defender una rebaja general de impuestos. Por pedir que no quede.