La Fiscalía navarra ha formulado escrito de acusación contra un hombre de 46 años que fue detenido en noviembre por increpar en un bar del Casco Viejo de Pamplona a la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez. La Fiscalía pide para este acusado un año de prisión por un delito de odio, que en el Código Penal se interpreta como un delito relativo a los derechos fundamentales y libertades públicas. Además, le exige una multa de 2.160 euros y pide una inhabilitación para él para que ejerza profesión u oficio educativo. El único hecho punible que ocurrió en el bar, según el escrito de Fiscalía, es que le dirigiera la frase “qué asco me das tía”.

Los hechos ocurrieron sobre las 21.00 horas del 11 de noviembre de 2021 en el bar Gaucho, situado en la calle Espoz y Mina de Pamplona, cuando el procesado se encontraba en el establecimiento y entró en el mismo Consuelo Ordóñez. La cabeza representativa del colectivo de víctimas del terrorismo se encontraba en Pamplona ya que al día siguiente se celebraba en el Palacio del Condestable la XIX Jornada Anual de Covite para abordar algunos de los principales retos relacionados con el escenario de posterrorismo de ETA.

Ordóñez accedió al bar junto a una amiga y se ubicaron en la barra del local, que estaba lleno de gente. En un momento dado, dice la Fiscalía, el acusado “movido por el desprecio y animadversión frente a Ordóñez debido a su acreditada posición ideológica por las manifestaciones públicas que la misma ha realizado en contra de los acercamientos de los presos de ETA, así como del denominado caso Alsasua, comenzó a increpar y a gritar a la mujer. Concretamente, el encausado, que ya estaba en la puerta de salida del bar, volvió hasta donde estaba Ordóñez y a escasos centímetros de ésta, comenzó a increparle gritando de forma reiterada y muy agresiva: “Que asco me das, que asco me das tía, yo soy de aquí de toda la puta vida”.

Según el Ministerio Público, “las expresiones que el acusado profirió tenían por objeto menospreciar y humillar a Ordóñez por su ideología, y la forma y la exposición públlica en la que el episodio se desarrolló conllevó un grave atentado a su dignidad, así como a la que ésta representa dentro de las asociaciones de víctimas del terrorismo, colectivos a los que por la ideología el acusado desprecia, siendo el sentimiento de rechazo hacia los mismos lo que le impulsó en aquel modo de proceder”, interpreta la Fiscalía en su escrito.