donostia - Decenas de bolsas de basura acumuladas en los pasillos, cafés tirados por los suelos, mosquitos sobrevolando los residuos orgánicos y baños impracticables. Esta es la situación que deben soportar todos los días los trabajadores de los Juzgados de Donostia y también de las comisarías de la Ertzaintza en Gipuzkoa ante la huelga de limpieza que afecta a todos estos edificios desde el pasado 19 de septiembre. Una situación que se prolonga desde hace más de cuatro meses y que, de momento, no parece que se vaya a solucionar.

“Nos come la porquería, la basura. Trabajar así es imposible, es insalubre”, asegura el personal de Fiscalía, una de las zonas más afectadas dentro de los Juzgados de Donostia. “Es una vergüenza, un asco, ya llevamos muchos meses así”, lamentan.

La situación es tan alarmante que ayer mismo el Gobierno Vasco emitió una orden en la que obliga a Garbialdi, la empresa adjudicataria de este servicio en dependencias policiales, en los edificios judiciales y en el centro de menores de Gipuzkoa, a realizar una limpieza “extraordinaria”. El servicio debe consistir en la “desinfección de todas las instalaciones”, incluidos baños, escaleras, pasillos, salas de reuniones y despachos, “y la recogida de todo tipo de residuos, tanto orgánicos como inorgánicos”. “Se realizará de forma inmediata por el tiempo necesario para su finalización y con la dotación de personal de la empresa necesaria para llevarla a cabo”, resolvió ayer la consejera de Trabajo y Justicia, María Jesús San José.

El sindicato ELA respondió rápidamente a esta orden del Gobierno Vasco, tachándola de “decretazo” y convocando una concentración hoy a las 11.00 horas ante el Palacio de Justicia de Donostia. Asimismo, calificó de “grave” la decisión del Ejecutivo, ya que “atenta contra el derecho a la huelga” de las trabajadoras.

Mientras el conflicto de las empleadas de limpieza continúa sin resolverse, el estado de estos edificios empeora. En los Juzgados de Donostia la situación más grave se encuentra en Fiscalía, así como en la tercera planta, donde se ubican los juzgados de lo penal. Incluso hay funcionarios que han tenido que cogerse la baja laboral al ver agravadas sus alergias. “Soy alérgico a los ácaros y al polvo y tengo que tomar pastillas para poder trabajar. Hay gente que se tiene que poner mascarilla. Esto es un horror”, afirma un magistrado, que limpia su despacho para poder seguir acudiendo a su puesto de trabajo.

El polvo acumulado está causando problemas respiratorios y eso que los propios funcionarios están intentando limpiar sus zonas de trabajo para que no les invada la basura. Los fiscales, por ejemplo, han decidido retirar las alfombras de sus despachos puesto que el ambiente era “irrespirable”. “Es insalubre, una auténtica pasada. Han aparecido cucarachas”, indica una afectada.

La gran acumulación de bolsas de basura se puede ver en los pasillos de la segunda planta, en el acceso al área de Fiscalía, así como en la tercera. Decenas de sacos con papeles y también con residuos orgánicos se apilan en estas zonas, donde no se autoriza a los medios de comunicación publicar ninguna fotografía.

“Los olores por la mañana son insoportables. Hay mosquitos al lado de la máquina de café. La garganta se te seca por la cantidad de polvo, porque hay pelotones por todos lados”, insisten desde Fiscalía. Aseguran, además, que los servicios mínimos solo contemplan la limpieza de los baños cada quince días, “pero es que esta vez no han venido”.

En la tercera planta esta insoportable situación se repite. “Hay bolsas de basura de orgánico llenas de mosquitos y los baños de mujeres están en un estado lamentable. Es una vergüenza. Los Juzgados están hechos un asco”, afirman varias trabajadoras. “Con esto así, ¿qué imagen se proyecta de los servicios públicos de Gipuzkoa?”, se pregunta un juez, que asegura que al no estar afectadas todas las plantas de los Juzgados “no hay un cabreo generalizado”.

Ratas y gusanos Las comisarías de Irun, Tolosa, Hernani, Bergara y Eibar y la central de la Ertzaintza en Oiartzun también están afectadas por esta huelga. “La basura nos come vivos”, afirma el secretario general de Erne en Gipuzkoa, Aitor Otxoa.

Uno de los mayores problemas se encuentra en Tolosa, donde hay residuos acumulados “en todas las esquinas”, se han llegado a tener que clausurar baños “porque no se podía ni entrar” y han aparecido ratas, según este sindicato. En Irun, se han detectado ya gusanos en la cocina. “Los comedores tampoco se limpian y los fines de semana trabajamos doce horas y tenemos que comer ahí”, indica Otxoa, que asegura que hay agentes que se han tenido que coger la baja al agravarse su alergia al polvo, a los ácaros e, incluso, en la piel.

“En Oiartzun hace poco los propios ertzainas tuvieron que mover un muro de bolsas de basura que estaba fuera, en la puerta. Ocupaba un metro y medio de alto por cinco metros de largo”, insisten desde Erne.

La limpieza extraordinaria que deberá realizar la empresa adjudicataria a instancias del Gobierno Vasco podría ser un parche que palie la gravedad del problema, pero solo de momento. Las trabajadoras, que piden una mejora de sus condiciones laborales y la eliminación de la brecha salarial con respecto a los empleados que se encargan de la limpieza viaria en Gipuzkoa, no están dispuestas a dejar su lucha.