En vez de ver el cáncer como un obstáculo en el camino, Maitane Goñi, de 23 años, asegura haber ganado “muchísima fuerza mental” en su carrera contra el linfoma de Hodgkin, enfermedad que le fue diagnosticada cuando solo tenía once años.

Para contraatacar a este cáncer que afecta al sistema inmunitario, Maitane tuvo que dejar los estudios durante un año mientras se sometía al tratamiento. Un proceso que, más que dolor físico, le supuso una gran carga emocional al verse obligada a alejarse de la ikastola en el cambio de 6º de Primaria a 1º de ESO. “Fue la época en la que todos mis amigos empezaban a quedar después de clase mientras yo tenía que estar en el hospital”, recordó.

A pesar de tener sus altibajos, Maitane guarda un buen recuerdo de su niñez ya que se sintió apoyada por profesores y compañeros. “Tuve la suerte o la desgracia de que mi mejor amiga fuera diagnosticada un par de meses antes que yo con el mismo tipo de cáncer. Se me hizo más fácil porque ella respondió a todas las preguntas incómodas que yo no hubiera sabido contestar”, bromeaba ayer Maitane. Hoy, las dos jóvenes han superado la enfermedad y han sido dadas de alta.

Lejos de autocompadecerse, esta superviviente se siente con “más fuerza que nunca para seguir adelante”. De hecho, las horas en las consultas le hicieron encontrarse con su vocación, la Enfermería. “Mi situación no es tan triste como la gente tiende a pensar. La adversidad me ha hecho ser más fuerte psicológicamente y ahora sé que puedo conseguir todo lo que me proponga”, reseña Goñi. Además de ejercer de enfermera, Maitane es voluntaria en Adano (Asociación De Ayuda a Niños Oncológicos) y forma parte de un grupo de supervivientes dentro de la misma entidad con el objetivo de “poder ayudar a los niños y a las familias porque, al final, nosotros hemos pasado por los mismos miedos”.

seguimiento La joven se sumó ayer en el colegio Sagrado Corazón a la celebración del Día Internacional del Niño con Cáncer para reivindicar un protocolo de seguimiento para prevenir y tratar los efectos adversos que sufre la mayoría de supervivientes. “A día de hoy -11 años después de terminar con los tratamientos- me han dado de alta y puedo decir que estoy bien, pero siempre hay que tener en cuenta que quienes hemos padecido cáncer tenemos muchas papeletas para desarrollar diversas patologías e, incluso, para tener un segundo tumor”, advirtió sin ocultar la realidad. Por ello, Maitane pidió la creación de un protocolo de seguimiento y acompañamiento “para que los niños y sus familias puedan estar más tranquilos”.