pamplona - Las mujeres de los valles del Pirineo navarro, una zona muy despoblada y con pocas ofertas de empleo, se han unido en una red que impulsa la presencia femenina en las instituciones, explica la portavoz de la asociación Gaztelu, Amparo Viñales, quien asegura que, “sin mujeres, el mundo rural se muere”.

Desde hace años, las mujeres de las diferentes asociaciones de los valles navarros del Pirineo (Roncal, Salazar, Erro y Aezkoa) se han unido en una red colaborativa y cada año convocan en estas fechas una concentración con el lema Emakumeok Planto (Las mujeres paramos).

Pero su objetivo no es solo protestar por la desigualdad de género, sino trabajar activamente para elaborar una agenda política que atienda las necesidades de las mujeres del Pirineo e impulsar la presencia femenina en todos los órganos de decisión, como ayuntamientos, mancomunidades y concejos, para desarrollar precisamente esa agenda.

Viñales, de la asociación Gaztelu y del Valle del Roncal, destaca la importancia de que sean las mujeres las que participen en la toma de decisiones de los asuntos que les conciernen para avanzar en su empoderamiento individual y colectivo.

¿Cómo es la situación de la mujer en el Pirineo navarro?

-La situación es parecida a la de otras zonas rurales. Es una zona en la que no llegamos a 6.000 habitantes, hay una población muy envejecida, no hay apenas servicios de apoyo para que la mujer pueda incorporarse al mundo laboral, hay pocos centros de día. Por otro lado, tampoco hay muchos puestos de trabajo para mujeres, hay pocas fábricas, y la mayoría de las mujeres trabajan en el sector servicios.

¿Por qué decidieron crear esta red de asociaciones de mujeres?

-Las mujeres del Pirineo hemos ido evolucionando, lo mismo que la sociedad, y últimamente lo que nos parece importante es estar más en los sitios en los que se toman decisiones.

La idea es animar a todas las mujeres del Pirineo a que se presenten a las diferentes instituciones para, desde ahí, poder hacer una política de igualdad, para hombres y para mujeres, y que las mujeres pasemos a ser el centro de la vida política.

¿Cree que hay un importante potencial femenino en el Pirineo?

-Sí. Estamos convencidas de que, para fijar población en el Pirineo, tenemos que estar las mujeres. Si las mujeres no estamos, el Pirineo se va.

Luchan por sus derechos ahora, pero tampoco olvidan a sus madres y sus abuelas...

-Estamos trabajando para hacer una ‘genealogía de mujeres’, porque tenemos mucho desconocimiento de las mujeres que nos han precedido. Queremos poner en valor su trabajo. La verdad que han sido unas mujeres muy luchadoras y estamos aquí por ellas. Las mujeres eran las sustentadoras de la vida, como ahora, pero entonces los hombres hacían trabajos muchas veces trashumantes, se tenían que ir y eran meses los que las mujeres estaban solas, haciendo todo: la familia, el campo, los animales.

¿Cuál es su mensaje para el 8 de marzo?

-El mensaje es que las mujeres rurales tenemos que ir al centro de la vida, porque, sin mujeres, el mundo rural se muere.