arece que ya se ha fijado cuál será el complemento estrella de este verano, uno que no podremos quitarnos aunque queramos: la mascarilla. Será un habitual de los looks de mujeres y hombres, desde adolescentes a ancianos pasando por adultos, pero no así para los menores de seis años que estarán exentos de usar mascarilla en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público donde no sea posible mantener una distancia de seguridad de al menos dos metros. De esta obligatoriedad -recogida en el BOE del pasado miércoles y que entró el vigor ayer- también están excluidas las personas que presenten algún tipo de dificultad respiratoria que pueda verse agravada por el uso de mascarilla y aquellas que por su situación de discapacidad o dependencia presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización. Su uso tampoco será obligatorio en el desarrollo de actividades en las que, por su propia naturaleza, resulte incompatible el uso de la mascarilla como, por ejemplo, el deporte o la ingesta de alimentos.

Por tanto, esta excepción se aplicaría durante una de las actividades estrella de los navarros que en estos momentos gozan del buen tiempo en las terrazas. Durante el primer día de uso obligatorio de mascarillas, la "responsabilidad" no pareció calar hondo en las personas que se reunían en grupos de hasta diez personas alrededor de una mesa, donde difícilmente es posible mantener la distancia interpersonal de seguridad. Para algunos, la razón por la que no usan la mascarilla en las terrazas es de lo más obvio, y es que "¿cómo vas a beberte una cerveza o comer unas patatas si la llevas puesta?". Además, para otros, como un grupo de amigos que disfrutaba del sol en una terraza del barrio pamplonés de San Juan, la incomodidad fue otra de las razones por las que ninguna de las seis personas llevaba mascarilla: "Hasta ahora no las hemos usado y no entendemos por qué tenemos que empezar ahora, cuando parece que la situación del coronavirus va mejorando. Resulta raro hablar con amigos a través de una mascarilla", manifestaron.

En la mesa de al lado, también sin mascarilla pero con una distancia interpersonal adecuada, una pareja que disfrutaba de "una cañita fría" bajo una sombrilla admitió que una de las razones por las que no usan mascarillas en las terrazas es por "el agobio que supone, y más con el calor que empieza a hacer. El aire entre y sale con dificultar y, la verdad, no es una sensación agradable", aseguraron. Por su parte, la pareja admitió que solo usan la mascarilla para "ir al supermercado o en situaciones en las que nos podamos encontrar con mucha gente",

Por el contrario, las personas de edad más avanzada son quienes parecen hacer un uso más estricto de las mascarillas, y es que la mayoría de personas de más de 65 años la utilizan ya sea "para pasear, para estar en un banco, para ir a comprar o para cualquier cosa", así como aseguró Aurora Jiménez, vecina de San Juan que paseaba ayer por la tarde por Yamaguchi. "Puede que ahora se vea a más gente con mascarilla, pero hay otras personas que conforme pasan los días se van relajando. Esperemos que la gente respete el uso obligatorio partir de ahora", deseó Jiménez.

El periodo de vigencia del uso obligatorio de mascarillas se extenderá, en principio, hasta que termine el estado de alarma. No obstante, desde Policía Municipal de Pamplona aseguraron que, "como en todas ocasiones anteriores en las que ha habido cambios legislativos, los primeros días vamos a centrar nuestra actividad en concienciar, informar y avisar". Sin embargo, y aunque el actuar con mano izquierda sea la actitud que tomarán los cuerpos policiales en estos primeros días, no descartan "otras actuaciones en determinadas ocasiones de incumplimientos reiterativos o de riesgo añadido".

"Al respirar, el aire entra y sale con dificultad de la mascarilla y con el calor cada vez se está haciendo más incómodo"

"Se ve a más gente con mascarilla, pero hay otras personas que con los días se van relajando"

Vecina de San Juan