- Marisol Saiz-Aja trabaja en la sección de Admisión del centro de salud de San Jorge, donde recibe cerca de cien llamadas al día. Ella ha experimentado en su quehacer diario el colapso de las líneas telefónicas por el aumento de la carga de trabajo en consecuencia de la pandemia.

¿Cuántas llamadas suelen atender de media al día?

-Estando en el puesto de admisión en la parte de atrás, al día unas doscientas y atendiendo al público y cogiendo el teléfono, mínimo unas 100 llamadas por cada administrativo. En concreto, en estos momentos, estamos 4 personas y el jefe de admisión, que está esta temporada sin parar. Además, nos viene una persona más de 12.00 a 15.00.

¿Cuál es su situación actual?

-Tenemos una carga de trabajo brutal, desde que empezamos a las ocho de la mañana hasta prácticamente las tres de la tarde, realizamos tanto llamadas telefónicas como atención presencial. Además, el número de llamadas ha aumentado, sobre todo por la covid-19. Suelen ser llamadas de consultas de protocolos y de información, una tarea que en verdad corresponde a los rastreadores. También recibimos llamadas de usuarios comentándonos que son contacto estrecho de un positivo, y que han pasado dos o tres días y nadie les ha llamado. En ese caso, somos nosotros quienes nos tenemos que encargar de poner una cita médica para que el facultativo le aconseje. Como tenemos tantas llamadas telefónicas y no damos abasto, al final los pacientes se quejan. Por eso, nos dicen que como no cogemos las llamadas, al final acaban viniendo al centro de salud, aunque se les aconseja que primero llamen por teléfono. Acude incluso gente con covid-19 que sabe que tiene el virus. Los medios técnicos tampoco son suficientes y se colapsan los teléfonos. Sale un mensaje de que el teléfono se ha averiado y pueden permanecer así hasta una hora y al rato vuelven a funcionar.

¿Alguna de las once incorporaciones que ha previsto el Departamento de Salud corresponde a su centro?

-Los miembros de la Plataforma Navarra de Salud nos reunimos recientemente con el director gerente de Atención Primaria y le expusimos el problema general de todos los centros de salud. Y sí que me preguntó a mí personalmente a ver en qué centro de salud trabajo. Al trabajar en San Jorge y ser el centro donde más positivos hay, nos transmitió que él entendía que necesitamos un administrativo. Después de hacer la primera concentración, la consejera Santos Induráin informó de que iba a reforzar la Atención Primaria con 11 administrativos, pero somos 55 centros. A nosotros nos llamaron desde la dirección para notificarnos que nos iban a dar un medio administrativo, pero todavía no nos han dado nada. Por otro lado, la necesidad de facultativos es tremenda y aunque les cuesta contratar enfermería y administrativos, los médicos les está costando mucho más. Durante dos meses hemos contado con los servicios de dos médicos jubilados, pero ahora de los siete facultativos que tenemos en el centro, cinco han tenido que cubrir las consultas de los médicos jubilados. Además, a dos médicos que están de baja tampoco se les ha sustituido. El resto tiene una carga de trabajo brutal. No tienen horario laboral fijo, porque es imposible, siempre se quedan más. La falta de recursos tanto estructurales, de medios y de plantilla se ha agudizado y ha salido a la palestra con la pandemia. Lo que tienen que hacer es aumentar la partida de presupuestos destinada a la Atención Primaria.

Durante la primera ola del virus, ¿cuál fue la experiencia que tuvieron y cómo la vivieron respecto a esta segunda ola?

-Para nosotros fue mucho más sencillo, porque que se dijo acudieran al centro sólo los pacientes con síntomas de covid-19 y las personas con distintas patologías se quedaron en casa. Sin embargo, en esta segunda ola lo que ha pasado es que estamos atendiendo tanto coronavirus, como otras patologías. Creo que en un momento dado va a llegar el colapso, porque cada día que pasa estamos más estresados y más cansados. Creo sinceramente que el refuerzo anunciado es un parche y que es insuficiente. ¿Han aprendido algo de marzo, abril y mayo? Porque ya esperaban esta segunda ola. Nos da la sensación de que están improvisando y que están tapando agujeros en lugar de hacer un refuerzo real de Atención Primaria, tanto estructural, de infraestructuras, de medios, de personal, e incluso un cambio de modelo asistencial un poco más fuerte. Lo que vemos es que la Atención Primaria se está convirtiendo en el ámbito de detección de patologías y derivación especializada, cuando debería ser el de prevención y educación sanitaria. Pero para ello, hace falta más personal para que cada profesional tenga menos pacientes en su cupo. Lo que también vemos, es que muchas de las patologías, no se pueden ver ni resolver por vía telemática o telefónica. Entonces, deberían asignar más citas presenciales, pero eso sí, con seguridad sanitaria para los pacientes.

Además de médicos y enfermeras, ¿cree que se debería reforzar alguna figura más?

-La trabajadora social, de la que no se dice nada, también está a tope de trabajo porque, con la pandemia, las situaciones desfavorables están aumentando en la población más vulnerable. Se debería hacer un modelo asistencial más fuerte y así se podrían añadir nuevos profesionales al centro de salud. Por ejemplo, durante el confinamiento las personas mayores han quedado muy parados y se podrían poner fisioterapeutas para ayudarles a realizar ejercicios. La crisis sanitaria del coronavirus también ha afectado psicológicamente y emocionalmente a la población y aunque ya sabemos que tenemos salud mental, podría haber un psicólogo para que pueda atender en el momento a los a los pacientes que se les vea más afectados.

Su carga de trabajo es sobrecarga

- El personal administrativo del centro de salud realiza un trabajo que

implica amplio conocimiento informático y administrativo y está sujeto a la demanda de las ciudadanas. La respuesta a las necesidades de los

pacientes es inmediata y tiene que ser resolutiva. Actualmente existe un doble circuito de atención para pacientes covid y no covid. Los casos covid son atendidos en el día por un equipo asistencial específico. El resto de patologías son atendidas por profesionales que además tienen que cubrir a sus compañeros que están de baja o de vacaciones (también compañeros que estaban jubilados) ya que no se están facilitando las sustituciones. En la manera de lo posible los pacientes son atendidos por el profesional sanitario que le corresponde, pero actualmente es casi imposible. Para este tipo de patologías, los administrativos hacemos un triaje necesario para regular las agendas y determinar la prioridad de atención. Hay que organizar la demanda de la población de manera que las necesidades de los pacientes lleguen al profesional que de forma más eficiente lo pueda resolver (medicina, enfermería, trabajo social, o administrativo), en la modalidad más adecuada (presencial en el centro, domicilio, telefónica, gestión directa) y en el plazo necesario. Se nos exige por lo tanto a los administrativos, hacer un triaje o clasificación, que exige de conocimiento sanitario. Esto conlleva que apliquemos unos conocimientos para los cuales no estamos formados lo que deriva en mucha presión y responsabilidad que pueden tener consecuencias graves. Ante los síntomas de un paciente, el administrativo decide si puede esperar o no y una errónea gestión puede repercutir sobre el administrativo a nivel psicológico y penal.