nconformidad es la palabra que unió a los más de 200 profesionales del sector de la hostelería frente a las puertas del Palacio de Navarra en las primeras horas de la mañana de ayer con el objetivo común de volver a ver sus negocios abiertos lo antes posible.

Muchos son los que se acercaron como víctimas de este cruel confinamiento. Propietarios, camareros y distribuidores, desde diferentes puntos de Navarra, exponían a gritos su rechazo a la decisión tomada desde el Gobierno. Pedro Victoria, autónomo y distribuidor de la empresa Esteribar, expresaba su malestar debido a la contribución de su actividad en el sector. "Soy autónomo y las medidas impuestas me afectan en un 90% de la facturación. Es inviable, no solo perjudica a hosteleros sino también a la propia cadena de consumo. Soy consciente de que no nos podemos quedar con los brazos cruzados desde casa, por eso estoy aquí".

Desde la taberna Etxaleku se acercaba Maritxu Erviti para compartir la frustración que padecen todos los hosteleros como ella que ven cerrados sus negocios junto a su trabajadores en ERTE. "Solo queremos trabajar, no necesitamos ninguna ayuda, lo único que pedimos es poder reabrir nuestros negocios, siempre bajo los protocolos de higiene y prevención. No somos los culpables de esto". Y es que el sector ha sido el primer señalado y, por tanto, el mayor afectado.

La vecina de Pamplona, Adriana, exponía la falta de razón en las medidas impuestas ya que a pesar de que la hostelería está cerrada, los casos de contagio van en aumento. "Solo el 3% se producen en bares y somos los únicos que nos han obligado a cerrar. El virus está en todas partes, no solo en nuestros negocios. Mucha gente lo va a pasar mal sin tener la culpa de lo que ocurre".

Y es que poco a poco, conforme pasan los días, los datos sobre la pandemia de la covid-19 crecen exponencialmente en esta segunda oleada. Hay que actuar lo antes posible, pero de una forma crítica. Muchos de los negocios que permanecen cerrados por las medidas impuestas, nunca volverán a abrir sus puertas. "Necesitamos liquidez para subsistir, hay locales nocturnos que no han abierto desde hace ocho meses. Es inviable mantener un negocio que únicamente genera gastos" expresó Esther Sanz, trabajadora en el Hotel Maisonnave.

La realidad no acompaña al positivismo. A pesar de la protesta, son muchos los que piensan que tendrán que esperar para volver a reabrir sus negocios. Eduardo Guillén, trabajador del Bar California, hablaba sobre dicha situación: "Todos sabemos que la hostelería ya estaba pasando por horas bajas antes del confinamiento. Esto se puede catalogar como la puntilla que faltaba. Muchos bares van a cerrar y con ello, muchos trabajadores nos iremos a la calle. El ERTE no se paga en las fechas indicadas y muchos son los que no cobran desde agosto. Esto no creo que sea de días, sino que tendremos que esperar. El 4 de noviembre no creo que podamos reabrir. Tendremos que esperar mínimo unas semanas más".

Y es que el tiempo vale oro. Los negocios siguen pagando los impuestos, alquileres, seguros... y por la puerta no entran ingresos. Algo inviable para los negocios locales, que ven como el esfuerzo y sudor invertido se quedan en nada tras una pandemia que asola el planeta, y que también castiga a Navarra.

Los análisis no son positivos por ahora. Cada día son más los trabajadores que se suman al ERTE, cada día son más los negocios que puedan cerrar y cada día son más los casos de contagio.

"He tenido que cerrar y mandar a mis trabajadores a un ERTE"

La Taberna de Etxaleku

"Soy autónomo, por lo que me afecta hasta en un 90% de mi facturación"

Distribuidor de la firma Esteribar

"Si esperamos, el año que viene ya tendremos nuestros negocios cerrados"

Trabajadora en el Hotel Maisonnave

"Hemos sido señalados a pesar de haber seguido los protocolos"

Camarero del Bar California