La posibilidad de apertura inminente de las terrazas en los bares, restaurantes y cafeterías de Navarra no colma para nada las aspiraciones del sector y muchos locales, incluso contando con terrazas amplias, expusieron ayer sus dudas sobre la viabilidad de abrir en estas condiciones. La subida de la persiana dependerá de las valoraciones que hagan los hosteleros sobre su rentabilidad, pero el gremio considera indispensable para su supervivencia la apertura de interiores.

Así, Óscar Martín, propietario del bar Letyana, ubicado en la avenida de Bayona, contaba ayer que en su negocio suman diez personas en plantilla y que si abren, sacarían solo a dos empleados del ERTE. Explicó que la terraza no es el punto fuerte del bar y que supone un 20% de la facturación, por lo que todavía no han decidido si levantar la persiana. “Estamos en diciembre y viene el frío. Son unos meses complicados. Si llueve, por ejemplo, no hacemos nada”.

Santos, del bar Baviera, y Joxe, del bar Gure Etxea, ubicados en la Plaza del Castillo, opinaron que la medida es positiva, pero que no resulta suficiente. “Lo que queremos es trabajar. La medida es buena porque tenemos terraza, pero lo que queremos ya es volver un poco a la normalidad y abrir dentro. Sabemos que es complicado, pero al final tenemos muchos empleados, hay facturas que pagar y lo que queremos es generar”. Este verano, contó Santos, facturaron más del 30 por ciento solo con la terraza, pero ahora ve complicado llegar a esas cifras en estas fechas. “No va a ser lo mismo, ahora ya se hace de noche a las seis de la tarde. Igual el sábado sí porque la chavalería vuelve a salir y tal, pero el resto de la semana va a haber menos actividad”.

Carmelo Goñi, propietario de la cervecería Shamrock, en Iturrama, sostuvo que la nueva medida es un pequeño paso, pero no bastante, porque “la terraza es una parte muy pequeña de la facturación, y más en invierno”. Por lo que sostener así el negocio, dice, es inviable. “En diciembre, enero y febrero hay temperaturas de 0 grados, y aunque tengas la terraza acondicionada con calentadores, no hay tanta gente como el resto del año. Más cuando todavía se mantiene el toque de queda, porque la última semana que abrimos en octubre, antes de cerrar, el servicio de cenas era inexistente”.

Para María Núñez, dueña del bar Don Mérito, en la plaza Yamaguchi, la medida es un paso hacia la normalidad, y explicó que si esto va a evitar que la gente no se contagie, “es bienvenida”. “Yo tengo a nueve personas en ERTE, y ahora rescataré a dos, hasta que más o menos veamos un poco cómo responden los clientes. Poco a poco iremos sacando, pero hasta que nos dejen abrir al 100% tendré que sacar a cuatro como mucho”, informó.

Idoia Iturri, empleada del bar Bikoka, en la plaza Monasterio de Azuelo, explicó que están deseos de abrir. “Nos supone la vida, la terraza es el 97% de nuestro negocio”. Aun así, se declaró preocupada por si se vuelve a cerrar la hostelería tras las navidades. “Ya llevamos 4 meses castigados”, afirmó. Óscar Garisoain, dueño de El Bistrot de los Amigos, en Pío XII, con 4 em-pleados en ERTE, comentó que intentará esperar hasta que abran el interior. “Viene el mal tiempo, y facturando menos de un 30%, cuando ofreces la misma atención, es decir, salir, atender, limpiar, pues es inviable”.

¿Qué va a ocurrir con las terrazas de 3 paredes? Gobierno y ayuntamiento discrepan. El vicepresidente Remírez habló ayer de punto de consenso” sobre cómo serán las terrazas entre las distintas partes y “se descarta terrazas cerradas ni por 4 ni por 3 partes”. “No se trata de trasladar un ambiente interior al exterior”, añadió. Pero el alcalde Maya declaró que está pendiente de conocer cuál va a ser el diseño que exigirá el Gobierno foral para permitir la apertura de terrazas. “Nuestro criterio es que siempre que sean terrazas que cumplan con nuestra ordenanza puedan abrir y las que tienen tres paredes y una abierta también puedan”.

“Vienen meses complicados. En diciembre hace frío, y si llueve no hacemos nada”

Bar Letyana

“La medida es positiva, pero no es como abrir en verano, ahora oscurece a las seis de la tarde”

Bar Baviera

“Con el toque de queda, el servicio de cenas en octubre era inexistente, y abrir así es inviable”

Bar Shamrock