- El Gobierno tiene previsto extender hasta mayo, cuando acaba el actual estado de alarma, las principales medidas del llamado "escudo social" y para ello prorrogará los contratos de alquiler que expiren en este periodo y dará luz verde a los aplazamientos de deuda ante grandes tenedores o entidades públicas.

Junto a estas medidas, que inicialmente finalizaban este 31 de enero y que se abordan hoy en el Consejo de Ministros, el Ejecutivo tiene previsto prorrogar próximamente las moratorias hipotecarias y los préstamos al consumo hasta el fin del estado de alarma.

Dentro de este paquete de medidas, que buscan extender la protección de los inquilinos de vivienda en situación de vulnerabilidad, el Gobierno aprobará una prórroga de los contratos de alquiler de vivienda habitual en los que finalice el periodo de prórroga obligatoria o prórroga tácita hasta que acabe el actual estado de alarma.

Esta prórroga podrá aplicarse, previa solicitud del arrendatario, por un periodo máximo de seis meses, durante los cuales se seguirán aplicando los términos y condiciones fijados en el contrato. Según el Ejecutivo, con esta medida se concede un margen "justo y razonable" para el arrendatario que ve finalizado su contrato en un contexto en el que la movilidad está condicionada o reducida por la pandemia de coronavirus, la actividad y las rentas afectadas por la crisis y debe buscar activamente otra vivienda para alquilar.

En España el arrendador del 85% de las viviendas en alquiler es una persona física.

Esta medida, que estaba contemplada hasta el 21 de agosto de 2020, se amplió hasta el 30 de septiembre, recientemente hasta el 31 de enero de este año y ahora se extenderá hasta la finalización del actual estado de alarma el 9 de mayo.

También se regulan medidas para fijar una moratoria de la deuda arrendaticia para los inquilinos de vivienda habitual que se encuentren en una situación de vulnerabilidad a causa de la covid.

En concreto, se regula la aplicación automática de la moratoria de la deuda hasta que finalice el estado de alarma en caso de grandes tenedores (persona física o jurídica dueña de más de diez inmuebles urbanos, excluyendo garajes y trasteros, o una superficie construida de más de 1.500 m2) y empresas o entidades públicas de vivienda.

Con ello se aplaza temporal y extraordinariamente el pago de la renta, siempre que el aplazamiento o la condonación total o parcial de la misma no se hubiera pactado previamente entre ambos.

Si este acuerdo no se hubiese producido, el arrendador podrá optar entre una reducción del 50% de la renta con un máximo de cuatro meses o una moratoria en el pago sin que puedan superarse, en ningún caso, los cuatro meses.

En este caso, la renta se aplazará mediante el fraccionamiento de las cuotas durante al menos tres años, la persona arrendataria no tendrá ningún tipo de penalización y las cantidades aplazadas serán devueltas al propietario sin intereses.

El portavoz de Unidas Podemos, Rafa Mayoral, aseguró que la decisión del PP de recurrir el decreto antidesahucios evidencia, que solo buscan en defender los "intereses de los especuladores" y no piensan "en la vida de las personas".

Además, defendió que la nueva Ley de Vivienda, que negocian PSOE y Unidas Podemos, debe recoger una regulación de los previos del alquiler, de cara a evitar que los fondos de inversión y entidades financieras acaben controlando el mercado con "elementos especulativos".

Mayoral reprochó que, con sus planes de recurrir a esta medida del denominado "escudo social", muestran que no les interesa concebir la vivienda como un elemento fundamental y garantizar a la gente "un lugar donde poder vivir". Asimismo, criticó que se alinean con los "especuladores" y que son "incapaces de cumplir" la sentencia que ordena la reversión en Madrid de la venta de unas 3.000 viviendas del antiguo IVIMA a un fondo de inversión, pero sí se plantean "atacar" las medidas de protección de la población vulnerable.

220.000

Hasta el momento, según datos del Banco de España, cerca de 220.000 personas se han beneficiado de la moratoria hipotecaria impulsada por el Ejecutivo a comienzos de la crisis sanitaria.