- Miguel Nieto, vecino de Huarte que el próximo mes de agosto cumplirá 92 años, puede ser el aitona más famoso de la pandemia, y no solo en Navarra, después de quesu nieto Unai Beroiz, fotoperiodista y colaborador habitual de DIARIO DE NOTICIAS, le hiciera una foto en pleno confinamiento que dio la vuelta al mundo.

Era el 1 de abri de 2020, en pleno confinamiento, y Unai, que estaba trabajando y por lo tanto podía moverse con relativa normalidad, decidió visitar a su abuelo en el portal de su casa, y ahí aprovecho para hacer una foto. La foto.

Con el título de Aitona. Tan cerca, tan lejos, la imagen de Unai retrata a Miguel a través del cristal del portal de su casa en Huarte, quedando el fotógrafo también retratado a través del reflejo. La imagen capta el momento en el que dos, saludándose de forma afectuosa, apoyan su mano en ese mismo cristal que los separa.

Esta entrañable foto, que Unai publicó esa misma noche a través de sus redes sociales, aunque en un primer momento pensaba enviarla únicamente a su familia, dio la vuelta al mundo en tiempo récord. Pero el reconocimiento no se quedó ahí, ya que la instantánea fue elegida mejor fotografía de toda la pandemia según los prestigiosos premios New York Photography Awards, entre otras distinciones como un premio de plata en los Budapest International Foto Awards en la categoría Editorial-Actualidad, y ha sido publicada en diferentes medios de prestigio como The Guardian.

La intrahistoria de la fotografía, contada por los dos protagonistas, es una de las muchas de las que se nutre el libro para ilustrar cómo la sociedad navarra vivió y sobrellevó la pandemia.

“Mi nieto me llamó y me dijo: ‘abuelo, te voy a ir a visitar, pero no salgas de casa’. No me dejó ni salir del portal, estábamos yo por dentro y él por fuera -relataba Miguel ayer, tras recibir una copia del libro que en parte protagoniza-. Hizo la foto y le dio por subirla a las redes sociales y tuvo mucha aceptación. Además de bonita, está el tan cerca, tan lejos. Yo creo que eso fue lo que más caló en la gente. El tener solo un cristal entre los dos, pero a la vez estar tan lejos. Su impacto fue por eso”.

Aun así, Miguel asegura que no se podía imaginar la fama que alcanzó la foto. “No me esperaba que la viera tanta gente, pero me parece muy bien, porque es muy bonita”, sentenció.

También recuerda cómo pasaba los días en el confinamiento, en los que no faltaban las triquiñuelas para poder dar un paseo al aire libre y escapar de la soledad de su casa. “Como no podíamos salir a la calle y vivo solo, yo me liaba a pasear por el pasillo. 21 pasos tenía de punta a punta. Pero algunas veces pues yo me escapaba y me iba a la huerta. Con miedo, porque los alguaciles andaban vigilando por el pueblo y se ponían, los jodidos, por donde había que pasar para ir a la huerta, que, claro, era lo suyo. Otras veces cogía una bolsa y me iba a la tienda, aunque no me hiciera falta nada, a coger alguna cosa. Así estuve hasta que ya nos dejaron salir”.