La Audiencia de Navarra ha acogido este lunes la primera sesión del juicio con jurado por el triple crimen de Cáseda, en el que las acusaciones han calificado los hechos como sendos delitos de asesinato al existir a su juicio alevosía, mientras que las defensas han considerado que se trata de homicidios. La acusación pide prisión permanente para los tres acusados y las defensas reclaman exculpar a los dos jóvenes.

Con la constitución del jurado y las alegaciones previas, ha comenzado el juicio por el fallecimiento de Fermín J.E., de 50 años, y de dos de sus hijos, José Antonio y Cristian, de 20 y 17 años, a consecuencia de los disparos de escopeta recibidos.

Eran el padre y dos hermanos de Julián, un vecino del pueblo, que fueron tiroteados por el padre, de 53 años, y dos hermanos de su mujer Amparo, de 22 y 17 años en aquel momento, tras una ruptura conyugal y un posterior intento de reconciliación de la pareja, de dos familias de etnia gitana.

El letrado de la administración de justicia ha leído en el juicio el escrito de acusación del fiscal, en el que relata cómo, a consecuencia de unas desavenencias conyugales, Amparo se marchó a casa de sus padres en la localidad de Muniain de la Solana, aunque la joven decidió reanudar la relación con Julián, en contra de la opinión de su padre.

La joven se trasladó no obstante a Cáseda en el coche de un conocido, aunque su padre le exigió por teléfono que volviera a casa y mostró asimismo su intención de agredir a los dos miembros de la pareja, según el escrito.

Por este motivo, el padre y dos hermanos de Amparo se trasladaron a Cáseda y aguardaron en la puerta del domicilio de los jóvenes para evitar la agresión.

A la tarde, se indica en el escrito del fiscal, acudieron a Cáseda el padre y dos hermanos de Amparo, Juan Carlos y Emilio, en un vehículo en el que llevaban dos escopetas, una en el asiento trasero y otra en el maletero, además de varias armas blancas, "aceptando todos ellos el uso de las mismas y sus consecuencias si lo consideraran oportuno".

A su llegada, se entabla una discusión entre ambas familias y agresiones físicas. En un momento dado, se señala en el documento, el padre y uno de sus hijos regresan al vehículo y este último coge la escopeta del asiento trasero.

La acusación destaca que el padre le quitó el arma de las manos a su hijo y disparó a los tres miembros de la familia de Julián a corta distancia, de entre dos y cinco metros.

Los tres acusados huyeron en un vehículo, aunque fueron interceptados y detenidos por la Policía Foral después de una breve persecución. Fueron incautadas las dos escopetas, de las que era propietario el padre, que tenía licencia para ello.

El fiscal jefe de Navarra, José Antonio Sánchez, quien pide 60 años de prisión (20 por cada uno de los tres delitos) para los tres acusados, ha declarado que será especialmente importante determinar el grado de implicación de los hijos y si se trató de tres homicidios o tres asesinatos, en este último caso si hubo alevosía, que es la tesis de las acusaciones.

Por su parte, el letrado de la acusación particular ha llamado la atención sobre el hecho de que los tres acusados salieron juntos de Muniain de la Solana en un coche que era un "auténtico arsenal", con dos escopetas y cinco cuchillos, entre otras armas.

Para el letrado, "decir que los hijos no tenían conocimiento de lo que iba en el vehículo" es "negar y mentir".

El abogado ha subrayado que el padre sacó la escopeta del coche después de que uno de sus hijos le dijera "saca, saca" y disparó por primera vez después de que el otro gritara "dispara, dispara".

La acusación particular pide 25 años de prisión por un delito de asesinato, 25 por otro y la prisión permanente revisable por el tercero.

Por el contrario, la abogada del padre ha afirmado que el procesado nunca tuvo intención de matar y ha considerado que se trata de tres delitos de homicidio y no de asesinato.

La letrada ha asegurado que Juan Carlos padre, "preocupado por la situación que atravesaba el matrimonio" de su hija Amparo con Julián fue a Cáseda "para hablar con ambos", no para agredirles.

En ese sentido, ha señalado que las dos escopetas y armas blancas que había en el coche "se encontraban allí por simple costumbre, una costumbre errónea", pero que era "habitual" en un cazador.

La letrada, quien ha apuntado que "el fatal desenlace no estaba premeditado", ha resaltado que el padre "en ningún momento pensó en atentar contra la vida de las personas", pero "las circunstancias del momento le llevaron a ello".

Ha considerado que el padre actuó "con su conciencia nublada, bajo la circunstancia atenuante del arrebato", así como la de confesión a la policía, no así la de reparación del daño, ya que, si bien intentó vender su vivienda, "la acusación torticeramente lo impidió".

La abogada ha entendido que en este caso hay tres delitos de homicidio, con las atenuantes de estado de arrebato y confesión, y ha pedido cinco años de prisión por cada uno de los tres delitos.

La defensa de Juan Carlos hijo ha subrayado que en el juicio demostrará que el joven es "una persona injustamente acusada, que ni siquiera debería estar aquí sentado".

Juan Carlos, ha manifestado, "no disparó a nadie, no animó a nadie a disparar", ya que el grito "dispara, dispara" que habría proferido según la acusación "es totalmente falso, eso es un invento".

El abogado de su hermano Emilio, quien ha pedido su libre absolución, ha defendido "la inexistencia de una actuación delictiva" en su cliente y ha opinado que "los dos hermanos están aquí de una forma completamente innecesaria".