El joven prodigio italiano Mattia Furlani, de 20 años, se hizo con el oro en la final de salto de longitud y se llevó el reconocimiento de todos los asistentes al Estadio Olímpico de Tokio, que hicieron lo propio con el portugués Isaac Nader, ganador de una vibrante final de 1.500 por solo dos centésimas.
Seis meses después de proclamarse campeón del mundo de salto de longitud de pista cubierta en Nanjing (China), Furlani conquistó Tokio con otro oro universal, en este caso al aire libre, con un registro de 8,39 metros, marca personal.
Furlani lideró un podio que completaron el jamaicano Tajay Gayle (8,34) y el chino Yuhao Shi (8,33). El que no estuvo en la pelea por las medallas y por revalidar su corona de campeón mundial de Budapest 2023 fue el griego Tentoglou, que, con 7,83, no pasó el corte en la final, lastrado por unos calambres desde el primer salto.
Otro que tocó la gloria fue el portugués Isaac Nader, afincado en Soria desde hace tres años, desde septiembre de 2022, que se impuso en una frenética final de los 1.500 metros por solo dos centésimas (3:34.10) respecto a Jake Wightman (3:34.12).
Sin el noruego Jakob Ingebrigtsen, eliminado en primera ronda, la gloria parecía cantada para los campeones anteriores, el keniano Timothy Cheruiyot (2019) y los británicos Jake Wightman (2022) y Josh Kerr (2023), pero no fue así. Josh Kerr pronto se retiró de la pugna porque a media carrera se lesionó, se quedó último y entró solo en meta muy rezagado.
Wightman y Cheruiyot intentaron batirse en duelo hasta el final pero no contaron con otro protagonista, Isaac Nader, que, a sus 26 años y entrenado en Soria por Enrique Pascual, está en el mejor momento de forma de su vida.
El portugués supo colocarse muy bien, aguantó los continuos arreones de sus rivales y, aunque iba cuarto a falta de cien metros, en el esprint final adelantó a Wightman, segundo, y a Cheruiyot, tercero (3:34.25), para colgarse el oro por solo dos centésimas.
Los 200 metros masculinos fue una de las pruebas que más hizo vibrar al público del estadio gracias a la cantidad de estrellas que se reunieron sobre la pista. Ninguna de ellas tuvo problemas para pasar a semifinales.
El estadounidense Noah Lyles (19.99), el botsuano Letsile Tebogo (20.18) y el jamaicano Bryan Levell (19.84), los tres principales aspirantes al oro, cumplieron sin contratiempos el trámite ganando su serie.
En semifinales también se metió el joven australiano Gout Gout, tercero de su serie con 20.23, que reafirmó en un escenario tan imponente como el Estadio Olímpico de Tokio las cualidades que tiene y que asombraron al mundo el pasado 24 de junio en Ostrava, en su primera incursión en el circuito profesional. Ganó al cubano Reynier Mena, que llegaba a la cita tras imponerse en las reuniones de la Liga de Diamante de Oslo y Estocolmo, y adornó su triunfo con un tiempo de 20.02 que supuso un nuevo récord de Oceanía. Esa marca le permitió mejorar los registros que firmaba a los 16 años Bolt.
En la categoría femenina avanzaron a las semifinales de 200 todas las favoritas, incluida la flamante ganadora del oro en los 100 esta semana, la estadounidense Melissa Jefferson-Wooden, que marcó 22.24 en la clasificación, solo superada por su compatriota Anavia Battle (22.07).
La final de los 3.000 metros obstáculos tuvo un nombre propio, el de la keniana Faith Cherotich, que se impuso con mucha autoridad con un crono de 8:51.59, récord de los campeonatos. Junto a ella la bahreiní Winfred Yavi (8:56.46), plata, y la etíope Sembo Almayew (8:58.86), bronce. La otra campeona de la noche fue la estadounidense Katie Moon, que subió con su pértiga hasta los 4,90 metros para sumar su tercer oro mundial al aire libre consecutivo por delante de su compatriota Sandi Morris, eterna aspirante con cuatro platas al aire libre. El bronce fue para la eslovena Tina Sutej.