Txemi Urtasun (Pamplona, 30/04/1984), jugador del Bàsquet Girona, afirma que “las finales son totalmente diferentes de los demás partidos. Están cargados de un aroma especial”, tras ganar en la Final Four contra el Movistar Estudiantes, equipo en el que milita su hermano gemelo, Álex. Txemi Urtasun se encuentra muy contento por la victoria y agradecido por el equipo, que le ha permitido convertirse en protagonista esta temporada.

¿Cómo se encuentra de ánimo?

–La verdad que genial. Ha sido un gran final de temporada. Hemos conseguido el objetivo y nada, muy contentos. Además, ha sido muy especial que fuese en casa y así poder disfrutarlo con la afición. Yo creo que es un recuerdo muy bonito para mucho tiempo.

¿Cómo fue la celebración con la afición?

–Genial. La verdad que eso ha dado un poquito más de emotividad. El hecho de que ascendamos es algo muy emocionante para toda la ciudad, para la afición, para los que les gusta esto, y se notó que la gente estaba muy contenta. Llevaban tiempo sin tener baloncesto de ACB en la ciudad y la verdad que fenomenal. Al día siguiente del partido, fuimos al Ayuntamiento junto con el equipo de fútbol, que también ascendió a Primera, y los aficionados.

¿Cómo estaba la ciudad tras haber ganado el equipo de fútbol y el de baloncesto?

–Estaba muy revolucionada. Tanto el domingo como el lunes estaba todo el centro lleno, la gente muy revolucionada y muy contenta, celebrándolo. Fue un día histórico.

Pocas veces han ascendido al mismo tiempo el equipo de fútbol y el de baloncesto de la misma ciudad, ¿cómo ha tenido el teléfono estos días?

–Echando humo. A la gente le hace ilusión y se emociona por ti. Te contactan mucho, te llaman, te escriben por redes sociales... Normal que estén así, no es que sean así todos los finales de temporada.

¿Hasta qué punto es consciente de lo que ha conseguido?

–Me hace mucha ilusión, la verdad. Ya ascendí con el Alicante, pero cuando eres más consciente de lo que cuesta, es un objetivo muy gratificante el conseguirlo. Te pone feliz a ti también.

¿Qué sintió al finalizar el partido?

–Pues mucha felicidad al conseguir llegar con opciones a alcanzar el ascenso y este tipo de títulos. Cuesta mucho cuando vas cumpliendo años; te tienes que cuidar mucho más, el trabajo del día a día es muy importante. En mi caso, tengo lejos a la familia y apuesto mucho por seguir jugando a baloncesto y seguir disfrutando. Cuando se consiguen los objetivos, imagínate lo bonito que es. Solo se me ocurre el pensamiento de que merece la pena tanto esfuerzo. Por tantos días como el domingo, merece la pena.

Me imagino que también sería un sentimiento algo agridulce, teniendo en cuenta que su hermano jugaba como rival.

–Sí. Es un poco la nota más amarga de la historia. Es verdad que uno de los dos iba a ascender y el otro no. Ya llevábamos hablando durante el año y ellos optaron por quedar primeros; al final tuvimos que centrarnos en la faena. Se decidió el partido por pequeños detalles. Ellos también se podrían haber llevado el ascenso y tienen que estar contentos de la temporada que han hecho.

¿Cómo vio a su hermano durante el partido?

–Le vi muy bien, como durante todo el año. Creo que ha sido capaz de adaptarse como yo a un equipo que ya estaba en marcha a mitad de año. No es fácil y creo que lo ha hecho bien. En el partido de semifinales estuvo excepcional, muy acertado en el tiro. En la final igual no con tanto acierto, pero sí haciendo cosas beneficiosas para el equipo.

Teniendo en cuenta que los dos hermanos se enfrentaban cara a cara durante el partido, ¿cómo vivió su familia el partido?

–Pues no han soltado prenda. No han dicho cómo lo han vivido ni qué esperaban. Yo creo que en el fondo, como no tenían preferencia sobre ninguno, eran conscientes de que uno iba a ir para arriba y otro para abajo. No les he preguntado demasiado, no he querido meterles en ese problema de elegir.

¿Dónde cree que estuvo la clave del partido para llevarse la victoria?

–Yo creo que estuvo en que fuimos un equipo en el que todos queríamos ascender. Además, no fue un partido muy brillante en ataque para ninguno de los dos equipos, pero eso no nos hizo dejar de defender, dejar de hacer las cosas que te hacen ganar cuando no estás acertado. Cuando no estás acertado, que fue el caso, nos hizo mantener la cabeza y mantener el plan del partido. Eso hizo que nos llevásemos la victoria.

¿Hasta qué punto diría que se notaba que la final era diferente a otro partido de la liga?

–Totalmente diferente. Cuando los partidos son así, me encanta jugarlos. Son los que siempre he soñado jugar, los que o ganas o pierdes y te vas a casa. Son mucho más intensos y emocionantes. Están cargados de un aroma especial. Cuando los consigues ganar es muy satisfactorio. Yo creo que este partido en concreto fue un partido muy mental y muy físico; lo superamos con nota a pesar de que no destacamos en ataque.

¿Qué supone para usted haber ascendido?

–Supone conseguir un objetivo. El hecho de que el equipo ascienda, todo el trabajo que hay detrás, tantas horas dedicadas... Le da sentido a un título. En mis anteriores equipos venía buscando esto, ascender, jugar por todo, jugar por ganar...No entrar en un equipo cualquiera sino en uno ambicioso.

¿Qué balance hace de la temporada?

–Ha sido una temporada bastante atípica. La empecé en México, en una liga corta que hubo, Luego pasé por Manresa, dos meses sin mucho protagonismo y en principio no fue fácil salir de ese equipo. Estaba muy bien clasificado, jugando cosas importantes como la Copa del Rey y conseguir un título europeo, que también habría estado fenomenal vivir esa experiencia. La opción de entrar al Girona era buena. Poco a poco hemos ido consiguiendo un equipo ganador y hemos conseguido el objetivo. Con tanto cambio de equipo es por lo que ha sido atípica, pero muy satisfactoria a nivel personal. La he disfrutado mucho, tanto en México, como en Manresa y Girona.

¿Qué se siente al jugar con Marc Gasol?

–Pues es un placer. Aparte de la calidad deportiva, tiene una calidad humana excepcional. Siempre ha estado muy presente en el equipo marcando el camino. Lo fácil que te lo pone en la pista, su capacidad de ayudar a sus compañeros en defensa, no hacer que nadie se relaje... Ha sido un placer compartir otra vez historia con él. Desde que coincidimos en la selección española, ya nos conocíamos un poco. Trabajar con él me motivó un poco a tomar la decisión de ir al Girona.

¿Qué le hizo decantarse por este equipo?

–La posibilidad de jugar más, tener más protagonismo en la cancha; en Manresa no jugaba mucho. Me llamó la atención que, las veces que he ido a jugar allí, me pareció un equipo que tiene mucha gente detrás trabajando. No solo se intenta lo deportivo sino que se intentan valores sociales. Evidentemente, también la posibilidad de alcanzar el ascenso me motivaba. La verdad es que no puedo estar más contento de la decisión que tomé.

Ahora, a sus 38 años, regresa a la ACB, ¿qué expectativas tiene?

–Bueno, primero no tengo contrato, que tendrá que ser un poquito más adelante. Si se pudiera dar la opción, siempre he tenido en la cabeza el volver y poder retirarme en la máxima categoría. Siempre ha sido un objetivo personal así que espero poder cumplirlo, poder seguir el año que viene. Pero está por ver, no está cien por cien garantizado. l