estella-lizarra. El Györi Audi ETO completó un partido bastante discreto el pasado sábado en Estella, y así lo reconoce en una entrevista a la página web de la EHF su pivote titular, la veterana Simona Spiridon, quien, preguntada por cuál fue el mayor error que cometió su equipo en el Lizarrerria, señaló que "nuestra defensa fue terrible, pero en ataque tampoco estuvimos bien".
La jugadora nacionalizada austriaca, de 31 años, añadió que "antes del partido yo leí y oí, tanto en Hungría como en el extranjero, que todo el mundo decía que Itxako se había metido en semifinales dando la sorpresa. Yo también creo que es verdad. Sin embargo, no habíamos jugado tan mal en toda la temporada como en España. Creo, incluso, que lo hicimos mejor en el partido contra el Larvik en nuestra pista (perdieron 18-24 en la última jornada de la Main Round)", explicó. "Y es extraño, porque no sentí ni vi nada extraño antes del partido".
Spiridon, como no podía ser de otra manera, reconoció que tras la derrota (26-21) el vestuario se quedó tocado. "Todas nosotras estábamos enfadas y tristes porque nadie se lo esperaba. Ahora tenemos que recuperarnos y luchar, no nos queda otra posibilidad. Tenemos que ganar al menos por seis goles o diremos adiós. A todos nos gustaría llegar a la final, pero para eso tenemos que salir al 110%", prosiguió.
Eso sí, la pivote cree que todavía hay opciones de clasificarse para la gran final. "Si conseguimos jugar un buen balonmano podemos ganar por más de seis goles. Yo, cuando salgo a la pista, no tengo nunca miedo de mis rivales, ni de Itxako, ni de Larvik..., yo sólo tengo miedo de mi equipo", aseveró Spiridon, que esta temporada dejará el Györi después de cinco años y tras haber jugado en el Rulmentul Brasov rumano o el Hypo austriaco.
En las últimas semanas se ha especulado por un cambio de cromos entre ella y la noruega Heidi Loke, por lo que su futuro podría haber estado en el Larvik, otro de los semifinalistas de la Champions, pero ella dijo no y podría incluso tomarse un año sabático.