Joseph Valadez, de 63 años tiene muchos motivos por los que sentirse orgulloso de sus méritos. El más reciente de todos se dio a conocer el pasado 14 de febrero, cuando Valadez difundió unas fotografías en las que aparecía sosteniendo su certificado universitario en una página de Facebook dedicada a estudiantes de Cal State Long Beach o CSULB (California, Estados Unidos).

Su mensaje y su historia de superación personal no tardaron en ganarse la admiración de miles de internautas. "Hay muchos estereotipos sobre los hombres como yo que me gustaría romper. Si yo puedo hacerlo, cualquier persona puede", escribía Valadez en su publicación.

Según explicó a los medios, el protagonista proviene del condado californiano de Orange County y creció en Stanton, donde se involucró con drogas y pandillas desde temprana edad. Su adicción empezó con el consumo de heroína, sustancia que dominó su vida durante 38 años, tras haberse unido a la Armada a los 18.

Las siguientes décadas se desarrollaron entre más conflictos con las drogas y entradas y salidas constantes de prisión. Valadez llegó a pisar la cárcel unas 40 veces hasta la fecha de su ingreso en el programa de rehabilitación Salvation Army Anaheim Adult Rehabilitation.

Con el año 2013 llegaron los cambios y la sobriedad. Valadez confiesa que no fue fácil encontrar ayuda cuando finalmente se sintió preparado para dejar atrás sus hábitos nocivos. "Intenté llamar a todas partes. Nadie me quería", recuerda.

Nuevas oportunidades

Después de asistir a la facultad de Orange Coast en Costa Mesa, California y trasladarse a la CSULB, se percató de que el sistema le había fallado a lo largo de los años. "A pesar de que obtuve buenas calificaciones en el instituto, ningún profesor me preguntó si quería ir a la universidad", expone. Asimismo, señala que en ninguna de las ocasiones que acabó en la cárcel se le ofreció acudir a rehabilitación.

Tras finalizar sus estudios con un promedio de 3.67 puntos sobre 4 y un puesto como presidente en la lista de graduados honoríficos, Valadez está a la espera de saber si ha sido aceptado en el programa de graduados de la CSULB para trabajo social. Aspira a orientar y a apoyar a jóvenes en riesgo. "Voy a inspirar y a motivar a alguien, voy a darle esperanzas. Porque es lo que debo hacer".