Cuando Demi Vollering acertó a pulsar el botón de potenciómetro para pararlo y ajustar los datos del rendimiento, hacía tiempo que había conquistado el Mirador de Peñas Llanas en un ejercicio de apnea formidable. La neerlandesa, la nueva líder de la Vuelta femenina, recuperó el resuello mordiendo el oxígeno a dentelladas de necesidad.

Le retumbaba el pecho, se le hinchaba la tripa, aún la cabeza gacha por un esfuerzo descomunal para rendir la perseverancia de Van Vleuten, que a punto estuvo de dislocar a Vollering, el gesto del calvario impreso en su rostro a pesar de una victoria estupenda. Van Vleuten le llevó hasta el límite.

Soportó Vollering el pulso de la campeona del mundo, que se puso de pie y agitó la bicicleta para descomponer a su compatriota. Vollering, que dominó la ascensión que dejó a Marianne Vos sin voz en la Vuelta femenina tras las exhibiciones de los días precedentes, tuvo que ofrecer su mejor versión para someter a la corajuda Van Vleuten, dura como un adoquín de la París-Roubaix.

Tras el primer asalto en la montaña y a la espera de la sentencia de este domingo en los Lagos de Covadonga, Vollering lidera la carrera con 5 segundos respecto a Van Vleuten. La Vuelta femenina se antoja un duelo cerrado entra las dos neerlandesas. Riejanne Markus, otra compatriota, es tercera, a 12 segundos.

Cuando Vollering, imperial, se repuso de la tunda tuvo que consolar a su compañera Fisher-Black, llorosa, nerviosa, las lágrimas de la impotencia recorriéndole las mejillas. La neozelandesa soñaba con acompañar a Vollering en la ascensión, pero una caída le dejó sin foco. Vollering trató de calmarla y darle cobijo antes de vestirse de rojo.

Estoy superfeliz de llevarme la victoria. Fue un día muy duro. Todo salió muy bien hasta que, desafortunadamente, Fisher-Black se cayó. Ella estaba muy fuerte, así que quería llevarme la victoria por ella”, dijo Vollering.

Caída de Ane Santesteban

En el mismo fotograma en el que Fisher-Black se fue al suelo también se trastabilló Ane Santesteban, que padeció los rigores de una subida dura tras dejar atrás la ascensión de Navafría, el puerto que dejó por delante a las más capaces

La guipuzcoana concedió 51 segundos respecto a Vollering, que eliminó, sigilosa a unas y otras. Sobre todo cuando compacta, rodadora en las alturas, fijó el paso marcial cuando a la cumbre le restaban un par de kilómetros. Vos se despidió del centro del escenario con anterioridad.

Duelo entre Vollering y Van Vleuten

Al rebufo de Vollering se colgó Van Vleuten, que defiende título, Gaia Realini, Ricarda Bauernfeind, Évita Muzic, y Riejanne Markus. Vollering no atendió al retrovisor. A lo suyo. Para el kilómetro definitivo, la neerlandesa había laminado el grupo. Lo redujo. Petit comité.

Solo Van Vleuten y Bauerfeind resistían el ahogamiento provocado por Vollering, el maillot atado hasta el gaznate. La neerlandesa bizqueó y comprobó que Van Vleuten estaba dispuesta a rendirse. No se entregaría. La campeona del mundo se activó. Vollering metió el hombro a Bauernfeind.

No estaba dispuesta a conceder ni una palmo a su compatriota. Vollering se situó a la par. Apretó de nuevo. Respondió en el vis a vis Van Vleuten. Aguantó el golpe Vollering. Bauernfiend no contaba.

En el mano a mano, Vollering se estiró una vez más. Claudicó Van Vleuten. Entregó tres segundos entre jadeos. Esa fue la diferencia. Apenas nada. La Vuelta se disputa a quemarropa entre Vollering y Van Vleuten tras el primer encontronazo en montaña.