El cineasta Jaime de Armiñán (Madrid, 1927), director de películas como 'Mi querida señorita', 'El nido' o la serie de TVE 'Juncal', ha fallecido esta noche a los 97 años en su casa de Madrid, según han informado este miércoles la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y la Academia de Cine.

"Con el corazón roto os informamos del fallecimiento de Jaime de Armiñán, consejero de honor de SGAE. Inmenso cineasta y firme defensor de los derechos de autor de los creadores/as, ingresó en la entidad el 16 de septiembre de 1954", señala el mensaje en X de la entidad.

Goya de Honor en 2014, este singular dramaturgo, novelista, realizador, guionista y articulista madrileño estaba casado con Elena Santonja, pionera de los programas de cocina en la pequeña pantalla.

Jaime de Armiñán firmó el guion de 'Secreto de Mónica', 'La becerrada', 'Las gemelas', 'El juego de la verdad', 'Un tiro por la espalda', 'Tengo 17 años', 'Yo he visto la muerte', 'La muerte viaja demasiado" y de las dos películas en las que intervino Isabel Pantoja, 'El día que nací yo' y 'Yo soy esa'.

Aspiró al Oscar con 'Mi querida señorita', el drama que escribió con José Luis Borau sobre la mujer que descubre ser un hombre. "No teníamos posibilidad de ganar porque estaba Luis Buñuel con 'El discreto encanto de la burguesía'. El año anterior le habían hecho un feo con 'Viridiana' e hicieron un acto de contrición. Sabíamos que iba a ser para Buñuel. José Luis López Vázquez impresionó a George Cukor, que le ofreció un papel en 'Viajes con mi tía'", recordaba el cineasta. Posteriormente también fue nominado al Oscar por 'El nido'.

Transexualidad, homosexualidad, amores imposibles...

Transexualidad, homosexualidad, amores imposibles, despertares eróticos a los 13 años o desgarradoras disputas desiguales por el amor de una mujer; eso y cínicas denuncias sobre manipulación, sobre el egoísmo o la mentira junto con dulces reflexiones, a veces cómicas (sin que faltase el humor negro) sobre la vida o los sentimientos en un momento en el que de "esas cosas" no se hablaba.

Todo eso había en el cine de Jaime de Armiñán, un atrevido intelectual que utilizó todas las herramientas a su alcance para contar sus historias.

En su última aparición pública, el 9 de febrero de 2014, De Armiñán, que agradecía su Goya de Honor a la Academia del Cine mientras sus compañeros le ovacionaban puestos en pie en el auditorio del Centro de Congresos Príncipe Felipe del hotel Auditorium de Madrid donde se celebraba la 28 edición de los Goya, se despidió de su gente al grito de "viva el cine español".

"Me gustaría dar la vuelta al ruedo, con una canción de 'Juncal' sonando de fondo, cantada por 'Vainica doble'", dijo entonces.

Era un buen resumen de una vida marcada por la televisión y el amor de su esposa, Elena Santonja, mitad del dúo más influyente en el pop de los setenta en España, aparte de precursora ya que Santonja fue la primera en hacer para la tele un programa de cocina, "Con las manos en la masa", para el que también trabajó De Armiñán.

Hasta debutar en 1969 como director de cine con "Carola de día, Carola de noche", con Pepa Flores y Tony Isbert, la principal ocupación del madrileño fue la de guionista, un trabajo que sólo empezó a considerar con seriedad cuando su amigo Adolfo Marsillach prácticamente le obligó a firmar las obras en las que colaboraba como "negro".

Tras su ópera prima vino "La Lola dicen que no vive sola" (1970) y "Mi querida señorita" (1971), protagonizada por un soberbio José Luis López Vázquez.

Esta película no sólo fue la primera en la que trató las distintas caras del amor y la sexualidad, en este caso, la transexualidad, sino que fue su pasaporte a Hollywood, adonde volvería años después con "El nido" (1980), también como candidata a la mejor película de habla no inglesa.

Después firmó algunas películas inolvidables como "El amor del capitán Brando", con la que ganó la Berlinale de 1974, "Jo, papá" (1975), ambas con Ana Belén de protagonista, o más tarde "Stico" (1985), donde convertía en esclavo voluntario a un impresionante Fernando Fernán-Gómez.

En los ochenta también rodó "En septiembre" (1982); "La hora bruja" (1985) y "Mi general" (1987), y en los noventa "El palomo cojo" (1995) y "Al otro lado del túnel"; entre medias hizo varias series de televisión, como "Primera función" o "¿Se puede?".

Pero Armiñán siempre destacaba entre sus favoritas "Historias de la frivolidad", escrita junto a Narciso Ibáñez Serrador con el que ganaron el Gran Premio de Montreux en 1968; "Una gloria nacional", basada en su abuela, y la premiada "Juncal" (1988), con su amigo Paco Rabal.

"14, Fabian road" (2008) fue su última película; ya con 81 años, dirigió a las actrices Ángela Molina, Ana Torrent y a la argentina Julieta Cardinali, con la que compitió en el Festival de Málaga.

En 2014, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas entendió que su "dedicación apasionada al medio cinematográfico" así como el haber creado un cine "comprometido con su tiempo" y "lejos de los convencionalismos" eran motivos suficientes para darle el Goya de Honor.

"Cuando me llamó el presidente de la Academia, Enrique González Macho, para decírmelo pensé: 'le voy a decir ya era hora de que me lo dieran', pero no se lo dije", comentaba en una entrevista con EFE.

"Un cineasta nunca se retira (...). Los que son como yo no podemos jubilarnos porque lo hacemos únicamente cuando nos vamos a la triste fosa", decía De Armiñán.

Además de director de cine, fue autor teatral y realizador de televisión pero se consideraba sobre todo un escritor metido a cineasta para "poder ver" las cosas que escribía.

Recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes en 1985, y también se licenció en Derecho, aunque nunca ejerció.