En el panorama del negocio televisivo dos compañías se benefician de la parte del león y dejan las migajas para el resto más o menos boyante que pulula en el patio de TDT y asimiladas. Los italianos de Paolo Vasile que comandan el poderoso engranaje de T5 y las huestes del editor y librero Lara que tiene al frente del tinglado a otro transalpino de nombre Mauricio Carlotti. La batalla que libran por audiencia, notoriedad e ingresos correspondientes sería apasionante y digna de estudio si no se dieran extremos lamentables en contraprogramación, marketing de productos y escenificación de las distintas maniobras que uno y otro desarrollan a diario en una secuencia de actuaciones que convierte esta forma de hacer televisión en un espectáculo estúpido y desmesurado en sí mismo, cuyo límite final no se alcanza a ver. Este comportamiento peleón y obsesivo de las cadenas que se reparten el pastel publicitario a dos carrillos, enfrenta las producciones de T5 con las de A3. Leticia y Felipe, España pregunta, Belén Esteban responde se convierten en arietes para tumbar el biopic de Rápale o las míticas aventuras del lusitano Viriato en pelea con Galba en la Hispana de antes de JC. Este mirarse de reojo, saltándose a la torera todos los respectos debidos al telespectador que se convierte en simple objeto de caza, supone violar códigos de emisión, que alguien debe corregir y multar, al cambiar la parrilla para batir al contrario en la misma franja horaria, llegando incluso a meter en la lucha a un tercero que siente violados los derechos del formato informativo Tengo una pregunta para Usted, que los chicos de Vasile se los pasan por el forro y hacen un remedo estúpido de un interesante programa que pisotean y devalúan. Insensato espectáculo de dos poderosos que no se paran en barras con tal de conseguir vencer a la competencia. Circus maximus italianus.
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