pamplona - Durante cinco años ha sido el telonero del primer Teleberri y ahora le faltan horas para convertirse en el cocinero de Telecinco. El horario será el mismo y las ganas de conquistar a los espectadores por el estómago serán iguales. En Telecinco, ha cambiado su grito de viva Rusia por el de viva Prusia. Explica que el cambio de cadena no viene motivado por el dinero, que un día de verano llegaron al lugar de grabación, en Lasarte, responsables de la cadena y que no había talones sabrosos y apetitosos, pero sí ponían sobre la mesa la posibilidad de que día a día más personas vieran el programa. Fue esa proyección, la de tener más espectadores, la que más apetitosa le resultó para hacer el cambio.

Fue una sorpresa cuando se anunció que se iba a Telecinco.

-Fue la bomba, pero esto no hubiera pasado sin ETB. Cuando era seguro que iba a Telecinco, hablé con Maite Iturbe y la gente de la cadena y reaccionaron como unos castas, son unos grandes. Estoy en Telecinco pero cuando vea la tele, veré ETB, es la tele de casa.

Eso queda muy bien, no sé si Vasile estará tan de acuerdo.

-Yo se lo he dicho a este señor en su despacho y se descojonaba, es que es así. Y es verdad, no es por quedar bien. Mis inicios están en ETB, estos cinco años que he estado allí me han dado la oportunidad de dar este salto.

¿Soñaba con dar este salto?

-No. Cuando empezamos hace cinco años, los que estaban sentados al otro lado de la mesa, la gente de ETB, me decía: Algún día os iréis. Yo pensaba: Pues no sé dónde hostias nos vamos a ir; estos están locos. Además de castas, son adivinos. Han pasado cinco años y se ha cumplido. Aquí estamos encantados, pero todo se lo debemos a ETB.

¿Era tan jugoso y sabroso el contrato que le ofrecía Telecinco?

-El contrato de Telecinco no es jugoso, lo que es atractivo es saber que vas a poder llegar a más gente; eso es lo emocionante. No sé el número de personas que nos veían en ETB, ¿cien mil?; que nos vean quince o veinte veces más es lo que más me motiva, sin ninguna duda?

Supongo que no solo de espectadores se alimenta Robin Food

-El dinero es importante para todo el mundo. Pero sobre la mesa hay de todo menos dinero. Lo que hay es el mismo equipo de televisión, el mismo entusiasmo que hemos tenido hasta ahora y todo por demostrar.

¿Qué tiene que demostrar en Madrid?

-Todo y cuando lo hagamos, ya veremos qué viene, si viene dinero o lo que sea. Lo que quiero es salud para poder seguir haciendo durante años lo que hago, que me divierte mucho. No ha sido un cambio por economía, el salto cualitativo es grande porque te va a dar mucha más gente. Vamos a tener más medios de los que teníamos hasta ahora para hacer un programa de más calidad y eso estimula mucho.

¿Cambia de fogones el programa?

-No se va a grabar en el mismo sitio, aunque le hemos dado un revolcón grande; pero esa obsesión que siempre he tenido, que todo lo que ocurra en el fogón, en la cazuela y en el culo de la olla pueda llegar a casa nítido y se vea bien, es mucho mejor, ahora se va a cumplir.

Algunos han criticado su salida de ETB.

-No lo sé, pues igual. No me preocupan las críticas, estoy rodeado de gente casta y mi entorno está muy contento. Cuando salgo a la calle, la gente me da la enhorabuena y me pregunta cuando empiezo. Lo que quieren es seguir disfrutando de las recetas, a muchos les sirve para echar la siesta, somos como un optalidon.

Van con el mismo título y el mismo modelo de programa, no han cambiado nada.

-Es muy parecido. Al final, lo que hemos hecho es ajustarlo. Con la experiencia de estos años, hemos ordenado un poco más la semana, de lunes a viernes hay cada día una sección, las recetas van a ser nuevas; pero en esencia es lo mismo porque es lo único que sabemos hacer.

¿Continuará con sus guarradas gastronómicas?

-Sí, claro, somos así, nos gustan. ¿A qué te refieres con eso de guarradas?

A la sección de los viernes, la de las guarrindongadas

-Esa por supuesto, espero que a partir de ahora reciba muchas más recetas de ese tipo. Por eso el reto es ilusionante. Está claro que hemos llegado hasta aquí gracias a los televidente de ETB, ellos no han hecho crecer, pero tengo fe en que haya más conversos y nos puedan ver más gente.

¿Qué tipo de cocina?

-De todo tipo, desde un bocata hasta una sopa hecha sin fuego, con una batidora y tipo gazpacho, hasta un clásico como txipirones en su tinta; Martín vendrá a hacer sus recetas tradicionales y los lunes, a dieta; que son las que me ayudan a adelgazar. Quiero hacer cómplices a la gente de las evoluciones del peso. Al final, el espíritu es el mismo.

Hablando de su cuerpo. Las fotos que ha enviado Telecinco impresionan, ¿le han metido mucho Photoshop?

-¿Photoshop? Pues claro que no, sigo adelgazando, ahora he perdido, últimamente digo, ochocientos gramos. Voy a seguir así, cuidándome. Ahora peso 137, gramo más, gramo menos.

Ha adelgazado 130 kilos.

-Soy casi la mitad de lo que era hace dos años cuando pesaba 267 kilos. Ahora me veo cuando reponen en ETB programas míos de esa época y digo: Madre mía, ¡cómo estaba!

¿Va a seguir diciendo Viva Rusia?

-No, no voy a seguir diciéndolo?

¿No le dejan en Telecinco?

-No es eso, ahora digo: viva Prusia. Estoy mosqueado con Putin.

¿Mosqueado con Putin? ¿Viva Prusia? Prusia no existe.

-Te voy a explicar por qué. Tengo un amigo, se llama Mariano Barrón y está muy agobiado. Es exportador de fruta y sus clientes están en Este, con el rollo de Putin y los bloqueos económicos y comerciales, el hombre está muy jodido porque le han reventado el negocio. Le estaba escuchando y pensé: No puedo seguir diciendo Viva Rusia. Desde el verano no lo digo ni por la calle, he empezado a decir: viva Prusia.