pamplona. El Taller de teatro de la Universidad Pública de Navarra estrena su montaje de este año hoy en el Gran Teatro de Cáceres. Se trata de Presas, una obra coral en la que Ignacio del Moral y Verónica Fernández narran las historias de ocho reclusas de una cárcel franquista, así como de dos de sus guardianas y de otros cuatro personajes masculinos. En total, catorce situaciones personales "muy duras y difíciles", explica Óscar Orzaiz, que cumple cuatro años al frente del grupo.
Un curso más, la propuesta del taller de la UPNA girará por distintas ciudades antes de llegar al Teatro Gayarre de Pamplona, donde podrá verse el 6 de mayo. Antes, visitará Orense, nuevamente, como ocurriera con Yerma, invitado por la prestigiosa Muestra Internacional de Teatro Universitario (13 de abril); Burgos (28 de abril) y Zaragoza (4 de mayo). De este modo, "la obra aquí llegará más rodada", cuenta Orzaiz, que no oculta el orgullo que siente al ver que el grupo que dirige es reclamado en escenarios universitarios de todo el Estado, aunque, a la vez, subraya que "la humildad debe ser el punto de partida de un grupo de teatro". En su caso, parece que, en efecto, ha recibido humildad y también "esfuerzo" y "compromiso" por parte de los componentes del taller, en un año en el que les ha pedido un poco más. Y es que, Presas no es un texto fácil. "Es muy de actor, de interpretación", dice el director, que, sin embargo, cree que el grupo estaba preparado, no en vano todos sus componentes "aceptaron a ojos cerrados", y Orzaiz valora la tremenda entrega que han manifestado, "ensayando muchos días, incluidos muchos domingos por la tarde".
realismo Fue en verano cuando Orzaiz escogió el texto. "Siempre proponemos montajes que dicen algo, pero esta vez me apetecía ir un poco más allá", cuenta el director, para quien el teatro universitario "debe ser un poco arriesgado" por su propia condición. Presas encajaba con este planteamiento porque es muy coral, de modo que "todos los actores tienen su momento de protagonismo", y porque es un texto atrevido que no evita las complicaciones. Orzaiz destaca en el dossier de la obra que ésta no cuenta simplemente la vida en una cárcel de mujeres de hace varias décadas, sino que aborda "historias muy particulares que, desgraciadamente, y muy a nuestro pesar, están de actualidad: violaciones, asesinatos, maltratos están presentes en muchas de las vidas de nuestras presas, quienes no sólo rinden cuentas ante la ley, sino que también lo hacen ante su corazón, su alma y su desesperación". En este sentido, Presas es un homenaje "a todas aquellas personas que han sufrido las miserias de la posguerra, pero especialmente a ellas, las mujeres, madres, amantes, hijas, hermanas, compañeras de un mundo injusto que nos hace sacar lo peor de cada una". Así, desde "el más profundo respeto", este montaje quiere representar la vida de esta cárcel "marcada por el odio, la miseria, la venganza, el frío y, sobre todo, la anhelada libertad".
puesta en escena El respeto y el "buen gusto" marcan también la puesta en escena, donde, además del texto, los actores y actrices introducen unos pasos de danza contemporánea, fruto de las clases que tomaron con Virginia Oroz en el transcurso del taller. Y es que, cada año, Orzaiz apuesta por asomar a los alumnos a distintas materias de las artes escénicas, casos de la expresión corporal, voz, danza o escritura teatral.
En cuanto a la escenografía, una estructura de cadenas y paneles móviles hacen las veces de cárcel, mientras que el vestuario es "realista". "Tratamos de cuidar todos los elementos, tengamos más o menos presupuesto", afirma el director, que, al igual que los componentes del grupo, espera con nervios, pero también "con muchas ganas" el estreno del espectáculo.