-Muchos artistas utilizan gran parte de su vida para encontrar la manera de componer canciones exitosas. Cuando Antonio Orozco la encuentra y la domina, decide renovarse y cambiar, ¿por qué?
-Porque no me gusta vivir de los éxitos adquiridos ni de las rutinas, me agobian mucho y paso tres kilos. Como resulta que vivo de la música y entiendo que es un ente vivo que cambia de un día para otro, a mí lo que me apetece es seguir buscando e investigando. En esta ocasión, de la mano de Xavi Pérez desde Barcelona y de Javier Limón desde Madrid, creo que he conseguido una manera de decir las cosas diferente. Estoy súper contento y orgulloso del álbum, y creo que es un disco que cuando te paras a escucharlo tiene una profundidad y un temple muy bueno... Y eso me hace feliz.
-A este disco te enfrentaste con 40 temas en el bolsillo y desechaste 28, algo increíble en los tiempos que corren...
-Es el resultado de lo que pesa la propia responsabilidad del éxito contraído. Nos enfrentamos a Renovatio con más de un millón de discos vendidos de los álbumes anteriores y, obviamente, la responsabilidad pesa mucho. Con el fin de hacer las cosas lo mejor posible, lo que hago es exigirme al máximo para tener la certeza absoluta de que no sé hacerlo mejor. Así, cuando entregué Renovatio me quedé tranquilo y feliz porque sabía que no era capaz de hacerlo mejor. Muchas veces, los seres humanos caemos en el círculo de la consciencia y la inconsciencia; y muchas veces hacemos las cosas de forma inconsciente pensando que lo sabemos todo cuando realmente no sabemos nada. Por eso, cuando empecé a trabajar en este disco, decidí hacer borrón y cuenta nueva; empezar de cero afrontando el álbum como si fuera el primero, es decir, con 40 canciones que tardé casi dos años en componer. Y el resultado ha sido brutal en todos los aspectos, porque enfrentarse a 40 canciones para quedarse con sólo doce nos llevó mucho trabajo.
-Y, ¿cómo se hizo un hueco entre el grupo de elegidas el tema 'Un lugar', que Orozco compuso casi cuando era adolescente?
-Fue muy curioso. Cuando estábamos trabajando en el estudio de mi productor, que está debajo de su casa, su padre, Salvador, se pasaba a visitarnos para ver si necesitábamos algún caldito o algo. Y un día entró y nos preguntó qué habíamos hecho con esta canción, Un lugar, un tema que habíamos maquetado hace 18 años. Buscamos en el archivo, la encontramos, la cogí con la guitarra y comenzamos a currarla. Lo que hicimos fue producirla de nuevo para ver qué pasaba... Y la sorpresa fue que se coló, por su propio peso, entre las 12 canciones elegidas, que seleccionamos votando entre cinco personas.
-¿La clave de este 'Renovatio' está en cambiar la piel y quedarse con la esencia?
-Efectivamente. Además, la portada del disco es muy evidente en este sentido. La cremallera es la cara que esconde a ese otro yo que no se atrevía a hacer ciertas cosas. Y nosotros lo que hemos hecho ha sido abrirle la cremallera, lo que ha dado como resultado un sonido más puro en todos los aspectos... Simplemente porque en lugar de grabar diez pistas de guitarra hemos grabado una. Por eso, el resultado final es más orgánico y menos sintético.
-Musicalmente, en esta renovación has destacado las percusiones y las guitarras flamencas. ¿Crees que el público aprecia realmente este tipo de cambios a los que los músicos dais tanta importancia?
-Yo creo que hay una cosa inequívoca, las sensaciones. Acercarnos a Javier Limón, y por lo tanto al sonido de mis raíces, hace patente que éste álbum es un regreso al Orozco de los primeros años: más flamenquito, con menos distorsión y menos instrumentos pero con una cobertura musical bestial. Creo que el color que tiene el álbum, desde la percusión hasta las guitarras, es completo. De hecho, yo no cambiaría nada del disco. Y, aunque el público, evidentemente no percibe esos detalles, sí se da cuenta de la sensación que le produce una canción, y en este sentido creo que nos ha salido un álbum muy nuestro.
-Has dicho en más de una ocasión que vives de trabajar con y sobre tus sentimientos. En este sentido, ¿cada vez te resulta más difícil desnudarte en público?
-La popularidad es un grado muy complicado que hay que superar. Hay mucha gente que no lo consigue y, la verdad, yo llevo bastante regular lo de ser popular o populoso. Detesto todo lo que conlleva la fama, no me agrada. Yo soy músico a pesar de que estoy dentro de la música popular... Soy músico y eso es lo único que quiero que mi hijo sepa de mí, el resto es algo que me incomoda bastante. A mí no me importa hablar de mi vida siempre y cuando sea a través de la música . Si alguien quiere conocer a Antonio Orozco de verdad, lo único que tiene que hacer es escuchar... y quizá entonces también descubra algunas cosas de su propia vida... Porque, al final, te lo juro por Dios, que lo único que cuento son verdades, en estos textos no hay mentiras y son tan puros como que estamos vivos.