pamplona. Momo, la historia de la niña que sabía jugar y escuchar, y que luchaba contra los hombres grises que robaban el tiempo a la gente, ha sido adaptada por la compañía La Ortiga, quien la representará los días 23, 24, 25 y 26 en la Escuela Navarra de Teatro. El primer día será una función abierta al público a las 18.30 horas, y la entrada cuesta 6 euros. El resto de los días se harán dos funciones para escolares dentro de la campaña 2011 CaTEs, que cada año organiza la ENT. En total se prevé que este año asistan 1.800 niños de 24 colegios de toda Navarra.
La puesta en escena, dirigida por Álvaro Morales e interpretada por Santi Litago, Ion Iraizoz, Edurne Razkin, y Joseba Morrás, es la adaptación de la famosa novela de Michael Ende. "El libro cuenta la historia de una niña vagabunda de la que no se sabe la procedencia, que va a vivir a un barrio pobre donde, sin embargo, la acogen como una más, le dan comida, casa, y la ayudan; y ella, a su vez se integra con los demás", cuenta Iraizoz. "Es una niña que tiene la cualidad de saber jugar y de saber escuchar a los demás, y así logra integrarse hasta que llegan los hombres grises, los malos, que vienen a robarle el tiempo a las personas. Cuando ella se da cuenta de lo que está pasando, empieza a luchar contra estos seres para intentar devolver el tiempo a sus amigos", relata.
Es una historia con un alto componente simbólico pues, según narra Litago, "habla del valor de lo inmaterial". "Momo viene a simbolizar esa entrega de tiempo a los demás a cambio de nada, a cambio de su compañía; mientras que los hombres grises representan el progreso que cambia la vida de la gente, el tiempo que utilizamos para trabajar, para producir, no para compartirlo con los demás", explica.
ADAPTACIÓN Sobre la adaptación al estilo teatral el director asegura que "al ser una historia de reflexión era difícil ponerla en escena. "Tuvimos que ver la forma de adaptarlo sin que perdiera poética y simbolismo, pero al mismo tiempo mezclado con algo de acción para que la gente no se perdiera. Logramos hacer una síntesis bastante buena puesto que reúne muchos elementos de la novela original y cosas de nuestra propia interpretación", cuenta Morales.
Asimismo, también hubo que hacer una adaptación de símbolos. "En la novela por ejemplo no se explica de forma material el momento en el que a alguien le quitan el tiempo, simplemente ocurre. En la obra hemos tenido que adaptarlo para que fuera más visual y los niños no se pierdan durante la historia. Además hemos hecho una estética más de cómic, con el cartón, las sombras, los vestuarios que están pintados y delineados", añade Razkin, quien puntualiza que esta obra tiene también una cosa muy importante, y es que "Momo se sale de la norma, no es una niña que se limita a hacer cosas de niñas, ella no diferencia, va más allá de eso, simplemente juega y el hecho de ser niña no la limita".