Fecha: miércoles, 20 de marzo. Lugar: Casa de Cultura de Atarrabia/Villava. Intérpretes: Joseba Irazoki, a la guitarra, acompañado por Felix, a la batería, Ager, a la guitarra, al pedal steel y al violín, Jaime, al bajo, Iban, a la trompeta, al clarinete y a la percusión, e Igor, al trombón, al vibráfono y a una segunda batería. Incidencias: nuevo concierto del ciclo Jai O´Rama. Asistencia discreta, público entusiasta. 1 hora y 10 minutos de duración, un bis incluido.

PERFECTAMENTE arropado por una constelación de excelentes músicos elegidos por el propio Joseba para acompañarle en esta? aventura, (Felix Buff, del grupo Willis Drumond, Ager Insunza, de Audience, Jaime Nieto, de We are Standard, Iban Urizar, de Andrakan, e Igor Telletxea, acompañante habitual de artistas como Xabier Montoia y Petti), el referencial guitarrista protagonizó el último capítulo escrito de momento por el vitamínico ciclo Jai O´Rama, dando rienda suelta a una muy exclusiva velada. Tercero de estas características, ofreciendo un concierto no sabemos si irrepetible, toda vez que el versátil y polifacético músico y sus acompañantes, a finales de 2012, se juntaron, en principio, para una única sesión.

Orbitando, profundizando Irazoki todo el tiempo en su personal planeta de músicas e ideas, la actuación giró alrededor de temas suyos ya de cierta solera, extraídos de discos como Euria ari du o DO, ya, de composiciones inéditas, mostrándose en su conjunto las canciones descaradamente experimentales e introspectivas. Plasmadas las mismas mirando sobremanera hacia su interior, a la hora, curiosa y paradójicamente -si se quiere-, de ser presentadas al mundo exterior, algo que llamó nuestra atención. Esto es, huyendo los músicos de cualquier atisbo de previsibilidad; dándole más importancia al fondo que a la forma de unas composiciones que, de sugerentes y sorprendentes andamiajes, se nos antojaron imposibles de definir, desde el prisma estilístico: sugerentemente sorprendentes y sorprendentemente sugerentes. Dejémoslo ahí. Haciendo gala cuantas sonaron de una concepción de la psicodelia particularmente sui generis, luciendo ricas, muy ricas en pasajes sonoros concebidos para dejarse llevar abiertamente. Para arrastrar al público con sus envolventes ambientes, de cortes siniestros, incluso oscuros -en algunos momentos-, transportando así al respetable a paisajes, hasta entonces, de desconocidas dimensiones; ¿cómo? Por medio del disfrute de los mismos y de sus desarrollos. Del camino hasta dichos parajes. Del disfrute de principio a final de las canciones en sí mismas, he aquí qué hemos querido decir.

En un marco como el de Jai O´Rama, más que apropiado para ello, Joseba Irazoki aprovechó la circunstancia de tocar con semejante arrope instrumental para reivindicar sus demonios internos y, en parte, liberarlos mediante el presente exorcismo; por medio de una cita, a la vista de su carácter exclusivo, imprescindible a todas luces para todos los iniciados en sus postulados musicales; para los incondicionales de la personalidad artística del de Bera, perfectamente secundado por los músicos que dicho miércoles comparecieron a su vera: un plantel que, sin peros ni reparos, dio rienda suelta asimismo a sus particulares demonios, ejerciendo la magnética presencia y la cautivadora voz de Joseba de pegamento llamado a dotar de cohesión al hecho musical. A una cita en la que, a la vista de su desarrollo, solo echamos en falta una presencia sobre el escenario, a modo de toque final: la del burladés Josetxo Ezponda.

Finalmente, el evento concluyó con la comparecencia de la bilbaína Ainara Legardón, vocalista que puso su voz a dos versiones, Blue crystal fire, de Robbie Basho, y Women of the World, de Jim O'Rourke. Un evento que, escapando de lo esperable o previsible, para quienes intuyeron con qué se iban a encontrar, fue todo un acontecimiento.