afronta su profesión con hondura, siempre con la vista puesta en el aprendizaje y bajo la felicidad intermitente que regala el hecho de vivir de su pasión.
-En primer lugar, el concierto que ofrecerás en Villava, ¿se acerca más a una presentación de 'Mientras todo arde' o a una secuela de 'Jardín en Marte', directo en el que interpretabas 20 temas seleccionados de tus tres discos de estudio?
-La verdad es que como a Villava voy de vez en cuando, menos de lo que me gustaría, interpretaré todos los temas de Mientras todo arde pero también tiraré de parte del repertorio de Jardín en Marte, tocando algunos temas antiguos e, incluso, algunos nuevos.
-Tomando como referencia el citado 'Mientras todo arde', ¿qué le lleva a un poeta y cantautor, al que le gusta escribir y por ende cantar lo que escribe, a reclamar otras plumas para sus canciones?
-Principalmente, eso ha sido por aprendizaje. Todos los poetas con los que he hecho algo a medias en Mientras todo arde son gente a la que tengo cerca y, además, admiro muchísimo. En este sentido, ha sido un trabajo muy rico el de poner melodía a esas historias endecasilábicas, que tienen ese punto de que leídas forman parte de ese buque insignia de la poesía por el hecho sus once sílabas... Ponerles melodía ha sido un reto pero desde la más profunda humildad, porque, como digo, son gente a la que admiro mucho y cuentan con un gran trabajo a sus espaldas.
-Cuando miras a tu alrededor, en estos momentos, ¿crees que existe ese lugar en el que se puede alcanzar la felicidad a través del trabajo?
-Estoy en ello, creo que esto también es un aprendizaje y, de hecho, lo veo en el horizonte, más allá de la distorsión que procura lo que nos han dicho que tenemos que tener o lo que nos venden continuamente. Estoy convencido y creo firmemente que, a través del trabajo, del amor, de la buena alimentación y de esas cosas básicas que necesita uno, se puede ser feliz de una manera intermitente, que es como yo creo que existe la felicidad.
-Paco Cifuentes, ¿de qué es activista en 'Este país' que tanto le duele, según el tema homónimo de su compacto?
-La verdad es que, al margen de participar de esa memoria colectiva, ir a casi todas las manifestaciones o estar pendiente e informado de lo que ocurre en la calle... creo que estamos viviendo un momento realmente desastroso, al nivel que todos conocemos, pero soy optimista y viviremos tiempos mejores porque lo están haciendo tan sumamente mal que, posiblemente, en algún momento se les vea tanto el plumero que espero que seamos capaces de realizar esa revolución personal de la que se habla tanto y que yo creo que es el siguiente paso. En este sentido, estoy comprometido con mi alrededor y soy sensible a lo que ocurre.
-Lógicamente, no vamos a descubrir nada nuevo respecto a la sempiterna fusión de música y poesía, pero, en tu caso, ¿cuál de las dos sale ganando?
-Posiblemente le dedique más tiempo a escribir que a la música o a buscar melodías. De todas formas, creo que una buena canción debe ir al 50% entre un buen texto y una buena melodía, ya que eso es lo que hace que una canción sea redonda... Esa canción que uno busca eternamente y que nunca parece que vaya a aparecer; pero como utopía es lo que te hace tirar del hilo.
-No es que sea fan de 'Gran Hermano', pero si hubiéramos colocado una cámara en esa casa en la que se reunió durante una semana con amigos músicos para preparar 'Mientras todo arde', ¿qué hubiéramos escuchado?
-La verdad es que nosotros no somos muy exhibicionistas, pero creo que hubiera sido bastante más divertido que Gran Hermano, ya que estuve encerrado con gente muy valiosa y estupenda, además de buenos músicos. Comimos bien, bebimos bien, tocamos mucho rato y charlamos de cualquier cosa; una convivencia que hace que el trabajo quede plasmado posteriormente de una forma más amorosa.
-Corren tiempos crueles para ganarse la vida con la música, ¿cómo sobrevive su guitarra?
-Haciendo más kilómetros y trabajando más pero... a pesar de las dificultades, que las hay, sigo considerando que soy afortunado por dedicarme a lo que me gusta. Esa debería ser la meta de cualquier persona, dar con su vocación y con algo que le permita que el trabajo desemboque en la felicidad.