Los últimos templarios

el 15 de julio de 1815, nace en Villafranca del Bierzo Enrique Gil y Carrasco, autor de los considerados de un solo libro pero, en este caso, del que lleva por nombre El señor de Bembibre, obra de 1844 que terminaría por convertirse en una de las más representativas novelas históricas en castellano de todos los tiempos. Por otro lado, el 10 de junio de 1915 viene al mundo, en Canadá, Saul Bellow, considerado como uno de los más grandes narradores norteamericanos del siglo XX. Y, entre ambos, fluye un siglo de literatura que apuntala una nueva forma de narrar, gracias a la cual se constata la soledad del ciudadano moderno, retratado por Bellow en La víctima (1947) y en Carpe Diem (1956).

Esta última es una de las novelas que reedita ahora mismo Galaxia Gutemberg pero no sólo de novelística vive nuestro hombre, pues los relatos breves de Bellow siempre contaron con el cariño del editor y el lector, razón más que suficiente para alegrarse de otra edición actual: la de los Cuentos reunidos que ven la luz gracias al sello Debolsillo. Pero, ¿qué se cuece en los hornos editoriales de nuestros días en torno a Gil y Carrasco? Paradiso Gutenberg y eBooksBierzo acaban de presentar una edición ilustrada de El señor de Bembibre conmemorativa del bicentenario, libro que va a enriquecer la Biblioteca Enrique Gil y Carrasco. Se trata de una edición actualizada, en papel y en formato digital e incluye, entre otras cosas, ensayos y documentos relacionados con la vida y obra del autor. Y lo cierto es que leer El señor de Bembibre es conocer (o volver a leer) uno de los primeros retoños de la novela histórica cuando el género disfruta de gran atención en el mundo entero pero es también la posibilidad de acercarse a la figura del templario.

Esa figura nos muestra siempre a un templario enigmático y en el libro de Gil y Carrasco está representado por las ambiciones de sus últimos caballeros, personajes de una novela que algunos consideran como el Quijote del Bierzo. Y no les falta razón.