Chapu Apaolaza cuenta su pasión por los encierros de San Fermín en ‘7 de julio’
El periodista relata sus vivencias emocionales y las de docenas de corredores
pamplona - La primera vez que Chapu Apaolaza pisó la cuesta de Santo Domingo un 7 de julio fue el día después de su 15 cumpleaños, en 1992, cuando su padre lo despertó de la cama para que corriera su primer encierro. “Hoy es el día en que menos miedo vas a tener, porque aún no sabes cómo es”, le dijo entonces su padre, el conocido crítico taurino Paco Apaolaza, al que hoy es ya un experimentado corredor. A partir de entonces, su admiración por los encierros solo fue en crescendo, un sentimiento que expresa ahora en 7 de julio (Libros del KO), un libro lleno de anécdotas, reflexiones y miedos que ayer presentó en la Feria del Libro de Pamplona, lo que supuso para él todo un “orgullo”. “Presentar un libro sobre el encierro en la plaza del Castillo es como si un niño al que le regalan una guitarra eléctrica se encuentra de repente en el Madison Square Garden”, comentó Apaolaza.
“He querido contar el encierro desde un punto emocional”, destacó Apaolaza, quien considera que “para muchas personas, ver a un hombre delante de un toro puede ser un asunto de adrenalina, de locura o una chorrada, aunque para muchas otras supone un asunto muy profundo que les llega muy dentro”. Por ello, ahora, a punto de cumplir 39 años con el disparo del Chupinazo el próximo 6 de julio, el periodista y escritor aborda todas sus vivencias desde aquel primer día de encierro hasta hoy en día. “Cuento mi historia, no porque sea un magnífico corredor, soy más bien un corredor mediocre, sino porque vivo los encierros con muchísima ilusión y respeto”, subrayó Apaolaza, quien hace además con esta publicación un homenaje a aquellos “16 corredores que ya no están”.
un “regalo” de su padre El escritor califica como un “regalo enorme” que su padre le llevara aquella mañana a la cuesta de Santo Domingo. “No hay día en que no piense en el encierro, que nos enseña a lidiar con nuestros miedos y a pensar en la fragilidad de la vida, nos acerca a la debilidad y nos hace sentirnos vivos cuando salimos y vamos a almorzar”, reflexionó.
El libro comienza con un 7 de julio, el primero en el que Apaolaza participó en un encierro, y termina con otro 7 de julio, el que decidió volver a correr después de haber parado durante un año por el nacimiento de su hija. Además, trata de hacer un recorrido personal lleno de historias y anécdotas narradas de una forma directa, que muestra de forma muy intensa las vivencias de docenas de personajes, conocidos y menos conocidos, que intercalan con la historia personal de Apaolaza de una manera natural. “Decidí que el hilo conductor del libro iba a ser mi historia, pero el nexo son el resto de historias que son las que han hecho los corredores”, explicó el autor, para quien 7 de julio supone un “testimonio que muchas personas” han tenido la suerte “de vivir”.
La felicidad, el miedo a la muerte y otros tantos sentimientos se plasman así en un escenario principal, la cuesta de Santo Domingo, donde Chapu Apaolaza volverá el próximo 7 de julio. Ya falta menos.