madrid - Cansado de tantas películas que van sobre venganzas, Juan Manuel Cotelo quiso un “final feliz” para su último proyecto, El mayor regalo, un documental sobre el perdón en el que asesinos y víctimas se dan la mano y miran hacia delante, y en el que se demuestra que, si ellos han podido, es que no hay nada imperdonable.

Irene Villa, víctima de ETA; Shane O’Doherty, único terrorista del IRA que ha pedido perdón, exparamilitares colombianos con centenares de muertes a sus espaldas o madres a las que han asesinado a sus hijos en Ruanda, entre otros, relatan sus experiencias en este documental que dirige Cotelo y que se estrenará el 9 de noviembre. Un largometraje que tiene como hilo conductor, y humorístico para contrarrestar el dolor de los testimonios, el rodaje de la típica película del oeste cuyo director quiere evitar el final de siempre: dos vaqueros matándose en un duelo. Hace cuatro años en Colombia, recuerda Cotelo, un hombre le dijo que sus jefes querían hablar con él: se trataba de paramilitares que se habían entregado tras perpetrar cientos de asesinatos y cumplían penas de prisión: “A mis jefes les gustaría pedir perdón a través de usted”. “Ese fue el germen de esta película. Cuando vi cómo una madre a la que habían matado a un hijo de seis disparos abrazaba a su asesino, supe que tenía que contarlo”, explica el director, que muestra en el documental el encuentro de Ramón Isaza, paramilitar colombiano, responsable de más de 10.000 asesinatos, con la madre de una de sus víctimas.

Cotelo tenía claro lo que quería hacer: “Lo que pretendía es que la gente saliera contenta del cine y para eso necesitaba una película que diera esperanza”. Y así, este largometraje muestra, con historias reales de reconciliación, que el perdón pone fin a cualquier guerra, ya sea en España, Irlanda, Francia, México, Colombia o Ruanda. Irene Villa y su madre, ambas víctimas de ETA, son dos de las protagonistas de este documental en el que relatan cómo se dieron cuenta de que perdonar a sus verdugos era la única forma de ser libres. Gracias al perdón no tengo el corazón amputado, sólo las piernas, comparte Irene Villa, que explica que “perdonar libera”.

Porque Irene Villa considera que esa frase de “ni olvido ni perdono” que se oye con mucha frecuencia es algo “dramático” para la sociedad española: “Nos impide cerrar heridas, nos impide la reconciliación y la sanación. Parece que ahora está de moda querer dividir otra vez a España y es algo absurdo y también negligente”.

“no hay nada imperdonable” Irene Villa cree que El mejor regalo va a “convulsionar” a los espectadores y recuerda cómo lloraron al ver el primer pase y cómo al salir del cine el actor Santi Rodríguez, que interpreta a uno de los vaqueros del oeste, aseguró que después de conocer los casos que se ven en el largometraje no hay más remedio que asegurar que “no hay nada imperdonable”.

La vida de O’Doherty, exjefe de explosivos del IRA que pasó 14 años en la cárcel donde experimentó un profundo arrepentimiento, es otra de las historias que relata Cotelo. Un exterrorista que durante muchos años pensó que la violencia era la única forma de solucionar los problemas de su país hasta que se dio cuenta de que no servía de nada y de que había hecho un daño irreparable a muchas personas. Pidió perdón a todas ellas y en la actualidad tiene el único blog que existe en Irlanda del Norte sobre los derechos de las víctimas y el proceso de paz de tal forma que muchas de ellas se dirigen a él para que cuente sus casos. “Es imposible construir la paz si no reconoces a las víctimas”, insiste O’Doherty.