pamplona - “Yo no asistí a un ópera hasta los 20 años, y fue una experiencia que cambio mi vida. Ahora los jóvenes están todo el día con los móviles y las consolas, y van a conciertos música amplificada que te dejan sordo. Así, la ópera y los recitales sinfónicos son el último baluarte de la música sin amplificación. Por eso, para mí es una experiencia que estremecedora que todavía me deja la piel de gallina. Por eso, venid, a la ópera, por favor, venid, puede que os cambie la vida”.

“Otello es la ópera que todo tenor quiere cantar”, ha afirmado. Aunque usted ya lo ha interpretado en el Royal Opera House de Londres o en la Scala de Milán, entre otros muchos escenarios, ¿lo siente así cada vez que lo protagoniza?

-Cada vez que hago Otello no lo afronto con una perspectiva nueva pero sí lo voy a afinando más, modelando las situaciones... Además, en esta producción hay cosas nuevas para mí, como la escenografía, y eso hay que tenerlo en cuenta. Pero, pase lo que pase, el proceso que yo tengo en mi cabeza para acercarme al papel sigue siendo igual. Yo sé exactamente lo que está cantando cada uno de los personajes, y es cierto que el papel de Otello es difícil de cantar y con un importante reto como actor, pero es muy importante todo el conjunto, no solamente cantarlo sino escucharlo, porque yo necesito saber lo que dice cada personaje sobre el escenario para poder tener la reacción adecuada.

Esta es unna obra que centra su historia en los celos y en la violencia de género (Otello acaba estrangulando a Desdémona). Sabiendo de la incidencia de este problema en la sociedad actual, ¿cómo lo afrontan y lo viven desde dentro?

-Al representar esta ópera tenemos que divorciarnos totalmente de la vida que nos rodea; esta opera no está escrita hoy y nosotros, como cantantes y actores, tenemos que insertarnos donde nos colocan, en este caso en la Venecia del siglo XVI, tal y como lo escribió Shakespeare. Y si la gente se ofende, es mejor no hacerla o que no vengan, porque nosotros no podemos traicionar la obra. Yo la mato en escena; y no puedo, de repente, decidir que no lo hago. Así como hoy en día podemos ver películas en las que se representan todo tipo de historias tal y como fueron escritas.

¿Qué podemos hacer para que los jóvenes se acerquen a la ópera?

-Lo más importante es que los padres empiecen a traer a sus hijos a la ópera, hay que quitarle el estigma de que es algo solo para adultos. Yo llevé a mi hija con tres años y medio a ver su primera ópera y se quedó allí clavada toda la función. En la mayor parte de las óperas no hay nada que pueda ofender y lo van a disfrutar mucho porque es casi como un circo. Mucha gente sigue pensado que la ópera es solo para una elite, con sus frac y sus vestidos, y tomando champán en los descansos; de acuerdo, para algunos es un momento muy especial. Pero eso no quita para que los jóvenes puedan disfrutar de la ópera.

En los últimos años nos hemos encontrado ya en varias ocasiones con cantantes y músicos que, al igual que usted y el elenco de 0tello, han utilizado la palabra familia cuando describen sus estancias en Pamplona para actuar en Baluarte, ¿por qué?

-Baluarte no es una compañía de ópera, y me explico. Aquí se hacen muchas cosas y cuando se hace ópera se convierte en un momento muy especial, con una dedicación especial por parte de todos, no solo de los cantantes. Todos estamos en el mismo hotel, trabajamos juntos, y vivimos juntos, algo que no sucede cuando trabajas, por ejemplo, en el Teatro Real... y esa situación forma un ambiente muy especial y ayuda a que estemos a gusto y muy bien acogidos; además, Pamplona tiene los mejores pintxos del mundo. Hay que tener en cuenta que los artistas, mayormente, somos nómadas, siempre de un sitio para otro. Y cuando te encuentras con una situación como esta, en la que estás un tiempo y llegas a conocer a la gente, formas otra familia.