El sábado había tres grandes conciertos en Pamplona. Por un lado, Izal actuaba en el Navarra Arena. Por otro lado, Los Zigarros, una de las bandas de rock más interesantes que tenemos ahora mismo, venía a Zentral a estrenar su tercer álbum, Apaga la radio. Y en tercer lugar, y quizás con un público diferente al de los dos grupos anteriores, El Consorcio convidaba a sus seguidores en la sala principal del Baluarte. Pues bien, los tres conciertos se saldaron con tres espectaculares llenos (a una escala más pequeña, Joe Crepúsculo también agotó el aforo del Txintxarri). En el caso de El Consorcio, que es el que hoy nos ocupa, regresaban a Pamplona once meses después de reventar en dos ocasiones el Teatro Gayarre. Volvían con el mismo espectáculo, basado en su último lanzamiento, Eres tú. Más de 50 grandes éxitos, y mermados por la enfermedad. Según dijeron, a lo largo de su larguísima trayectoria han sido varias las veces que han actuado sin uno de sus miembros. Sin embargo, esta era la primera vez que estaban tocando sin dos integrantes (faltaban Amaya Uranga y Carlos Zubiaga, ambos por prescripción médica). Aun así, el grupo decidió no suspender ninguna de las actuaciones previstas, haciendo suyo el mítico lema de show must go on.

Tras una breve introducción musical interpretada por una banda que se mantuvo siempre en la parte trasera del escenario, salieron entre aplausos Estíbaliz Uranga, Iñaki Uranga y Ana Bejarano. El trío, situado siempre en primerísimo plano, llevó durante toda la actuación la voz cantante (nunca mejor dicho, tratándose del grupo vocal nacional por antonomasia). Ana Bejarano, que formó parte de Mocedades y de El Consorcio en anteriores etapas, se enfrentaba a la difícil labor de sustituir a Amaya, cosa que hizo con discreción y solvencia. Como sucedió durante toda la velada, el acompañamiento instrumental que tenían en la retaguardia fue correcto, sin ningún error ni estridencia. Un confortable colchón sobre el que el trío principal desplegaba sus armonías vocales. Como era de esperar, combinaron temas de toda su carrera, incluyendo épocas pretéritas como las de Mocedades (Charango, la antibelicista La guerra cruel, versión de una canción popular americana, o La otra España) o Sergio y Estíbaliz (Búscame).

Pero no por ello olvidaron su pasado más reciente, como las dos canciones nuevas que aparecen en su último disco, compuestas por dos pesos pesados de la música española: Mientras espero, de José Luis Perales, y Adivina, de Juan Carlos Calderón. Fue a partir de entonces cuando el público comenzó a animarse de veras, primero con algunas canciones de ritmos latinos (Cantinero de Cuba, de Sergio y Estíbaliz o Frenesí). Con el paso de los años, algunas letras han quedado algo desfasadas (Tómame o déjame), pero, en general, el repertorio resiste perfectamente el paso del tiempo, alcanzando el éxtasis de la canción melódica en hits como Le llamaban loca o Eres tú.