pamplona - ¿Qué le atrajo de El asesino de los Caprichos?

-Lo primero, que las protagonistas son dos investigadoras mujeres, que es algo que yo nunca había visto. Y luego me pareció muy interesante que es un thriller que se centra mucho en la vida privada de estos dos personajes, que están obligadas a entenderse. Y, obviamente, me encantó la idea de trabajar con Maribel.

¿Cómo ha sido la experiencia?

-Maravillosa. Es una compañera generosa, divertida, que hace mucha familia y a la que le gusta trabajar con buen rollo y buen ambiente. Te adopta para siempre, te cuida, te mima y está siempre muy pendiente.

Y eso que sus dos personajes no es que encajen precisamente.

-Por eso ha sido tan divertido. Cuando tienes confianza, puedes jugar a fondo.

Carmen y Eva son dos mujeres muy diferentes. Una es juzgada por ejercer un rol que hasta ahora siempre se ha asociado a los hombres y la otra, por tratar de conciliar su oficio con su maternidad.

-Representan dos opciones vitales opuestas y es interesante mostrarlas. Ambas arrastran sus propios fantasmas y dudan de si las decisiones que han tomado eran las correcta. Es importante generar debates en torno a estos temas. Mi personaje, por ejemplo, habla todo el tiempo de conciliación. A las mujeres tradicionalmente se nos castiga más si faltamos a esa parte más personal, pero es todo muy difícil, siempre te estás perdiendo algo y no existen facilidades para conciliar. En esta película siempre noté la presencia de la guionista mujer, porque es un texto que tiene muchas capas.

¿Qué tal fue el rodaje en Navarra?

-Ha sido una peli muy bonita. Generalmente, las películas son duras, estresantes, siempre tienes menos tiempo y presupuesto de los que necesitas y siempre hay mucha ansiedad y presión alrededor, pero este rodaje fue tan dulce... Recuerdo ir a trabajar todos los días con una sonrisa. Y eso tiene mucho que ver con Gerardo, que es la paz en persona, lo que, sumado al torbellino que es Maribel, creó un combo maravilloso. Además, rodar en una ciudad pequeña como Pamplona donde lo tienes todo a mano, donde se come tan bien, se vive tan bien y se está tan bien, pues es maravilloso. Yo es que aquí soy feliz.

¿Conocía Navarra?

-Sí, sí, mi familia es de La Rioja, así que de aquí cerquita.

Estrena esta película el día 18 y el 25 vuelve a las salas con El silencio de la ciudad blanca, va de thriller en thriller.

-(Ríe) Sí, y los rodé al revés, uno en Vitoria y otro en Pamplona. Los dos personajes son de investigadoras que persiguen a asesinos en serie, pero ahí acaban todas las similitudes porque las películas no tienen nada que ver.

¿Se rodará toda la Trilogía de la ciudad blanca?

-Esa es la idea, habrá que esperar a ver cómo funciona, así que ¡ojalá vaya bien! (ríe)

¿Por qué cree que al público le atraen tanto estas sagas?

-Como espectadora me gusta mucho el thriller y cada vez más porque creo que el género se está renovando mucho, se están haciendo cosas nuevas, con personajes diferentes, desde otros puntos de vista... Lo que hace que no te canses de él. Es un género muy ameno e interesante, que no es denso por lo que general, y te permite explorar cosas muy distintar, personajes extremos, y hablar de la naturaleza humana a la vez que te da acción, te mantiene en vilo... Lo tiene todo.

Después de estas dos películas ya sabrá manejar la pistola y perseguir a un sospechoso por la calle.

-(Ríe) No creas. El otro día fui a una feria con unos amigos y en el típico puesto de tiro acerté la que menos (ríe). Además, soy muy patosa. En El silencio de la ciudad blanca tuvimos la suerte de contar con ertzainas reales que actuaron como extras, y a mí personalmente me ayudó mucho porque te decían, por ejemplo, que así no se enseñaba la placa o cómo se enseña una orden y cosas así.

Hasta ahora ha compaginado cine comercial con películas independientes y televisión, ¿es el equilibrio perfecto?

-La verdad es que podemos elegir mucho menos de lo que la gente cree, ya me gustaría (ríe), pero si puedo tener una carrera en la que siempre esté cambiando de géneros y personajes seré feliz.

¿Y seguir haciendo teatro?

-Exacto. Con el teatro vuelves a la raíz. En el audiovisual, que me encanta, eres una pieza más de un engranaje muy grande, y en el teatro eres mucho más libre.

¿Y el Ministerio del tiempo, habrá cuarta temporada?

-(Ríe) No puedo decir nada, no me dejan.