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Una actriz poseída

Tefi de Paz rozará LAS 50 funciones de ‘CABARET PARANORMAL’, PROPUESTA “GAMBERRA” QUE EL PÚBLICO DEMANDA

Una actriz poseída

“Animal de escenario, escenívora, la Lola Flores del tango, la Lina Morgan de Pamplona... Me han llamado todo esto y más y me encanta”, dice entre risas la actriz navarra Tefi de Paz, un torbellino que hoy regresará con Cabaret paranormal a la Escuela Navarra de Teatro, donde también actuará los días 18, 19, 20, 25 y 26 de octubre. Seis funciones más con las que rozará el medio centenar con esta propuesta “súper gamberra” que, a decir los responsables de la sala de la calle de San Agustín de Pamplona, “el público nos pide”. En escena, 70 minutos de curiosas posesiones, sensualidad, transgresión, música, palabras y carcajadas “que se pasan volando”.

Ella se lo guisa, ella se lo come. Aunque reconoce que cuenta con unos cuantos colaboradores sin los cuales nada de esto sería posible. Una de las más habituales es la pianista Alice dos Santos. Con ella forma el dúo Alicatê, con el que ambas viajaron al sur en verano de 2016. Y en Sevilla, en pleno mes de agosto se metieron a un bar donde “solo había un camarero y un piano y decidimos echar el repertorio”. Pero no estaban tan solas y cuando finalizaron se les acercó una mujer que resultó ser Arantxa Vela Buendía, subdirectora del programa ¡Atención, obras!, de La 2. “Nos dijo que le gustaba lo que hacíamos y que había que establecer una conexión entre Pamplona y Madrid”, cuenta de Paz. Dicho y hecho, “Alice fue creando la música y yo iba viajando para encontrarme con Arantxa” y sumando a más gente, como Iñaki Basterra, que se ha encargado de las fotos del cartel y del dossier, creando una imagen entre divertida, provocativa y espeluznante, que, sin duda, no deja a nadie indiferente; Mikel Navascués, con un diseño de luces “que es muy importante en la historia”; Mireia Arbizu, en la tipografía manual y el espacio escénico, y Arantxa Otel con el maquillaje. “Es un espectáculo de poco presupuesto y pequeño formato, pero en el que todo está muy cuidado”.

El estrenotuvo lugar el 10 de febrero de 2017 con ocho funciones divididas en cuatro y cuatro separadas por diez días. En el impasse entre unas y otras, el padre de Tefi falleció. “Y no pudo verme, aquello me removió, resultaba que yo estaba haciendo un espectáculo sobre la muerte y la muerte me tocó”, recuerda, y confiesa que cada vez que la representa siente que él va a verla. Pese a este triste comienzo, el espectáculo ha funcionado como un tiro. Con él ha recorrido Navarra, incluida una segunda tanda de seis representaciones en la ENT, y ha visitado ciudades como Soria, Logroño, Madrid -10 bolos en los Luchana-, y acaba de regresar de la Feria de Huesca. “Me contrataron como guinda del pastel, al final, cuando los asistentes, que son un público difícil -compañías, programadores, distribuidoras-, ya están cansados y me los metí al bolsillo a los tres minutos”, dice sin reparos. Lo suyo es el directo y lo tiene claro. Lo ha aprendido a base de muchas actuaciones en bares y en locales pequeños. “Soy muy atrevida, donde aprendes es pateándote la calle, estoy orgullosa de haberlo hecho. Ahí es donde ves cómo respira el público y que tienes el poder de moldear sus emociones”, comenta.

En el caso de este montaje, el recorrido emocional es una locura. Primero aparece Violette, una cabaretera venida a menos que pretende mostrar sus habilidades al público, aunque sufre interferencias y no sabe por qué. Es su hermana Esther, que tiene otras intenciones. En el tira y afloja entre una y otra surgen otras presencias. Y los espectadores reaccionan, “aunque no saco a nadie, que eso quede claro”, dice la actriz, “muy contenta” con cómo ha funcionado este Cabaret paranormal, “que espero que se dispare después de lo de Huesca”. Eso sí, ahora comparte estas posesiones con otro proyecto de más envergadura que la pondrá en órbita en un escenario más grande. Pero de momento es top secret.