‘La hija de un ladrón’, la lucha por cubrir la ausencia del padre

tudela - Hay ausencias que marcan la vida y que no se pueden cubrir con ninguna presencia. Sara, con 20 años de edad y viviendo en una casa de acogida, tiene un hijo al que ha de sacar adelante y un hermano al que su padre, recién salido de prisión y que aparece y desaparece, no presta ninguna atención. En su esfuerzo por querer formar una familia a toda costa ha quemado la relación con el padre de su hijo (que es el único que realmente la quiere, aunque no la ama). En ese maremoto trata de sobrevivir a diario la protagonista (Greta Fernández) dentro de La hija de un ladrón, primera película de Belén Funes que, junto al guionista Marçel Cebrián, estuvo presente ayer en el Festival Ópera Prima de Tudela, donde hoy se conocerá el palmarés de esta 20ª edición.

En la película no existe el pasado y todo se deja a la deducción del espectador, a través de pequeñas pistas, de silencios o de miradas que van recreando una adolescencia turbulenta y una infancia desaparecida en un manto de soledad en el que vive Sara ya que, como señala en un pasaje a su padre, “nadie me llama”, en la edad de estar hiperconectados. La soledad y la falta de un padre marca toda su existencia. “Es la ausencia, esta losa que lleva encima a todas horas porque es su padre, con el que tiene esta relación tan tóxica. En una crítica nos dijeron que la película trataba ‘sobre una mujer que aprende a vivir con lo que tiene pero sobre todo con lo que no tiene’”, explicó Funes.

el origen La historia inicial nació de un corto en el que, precisamente, trabajaba Eduard Fernández. Si bien en un principio se iba a titular El hermano, por ser el nexo de unión que une a Sara (Greta Fernández) con su padre y hacerse con la custodia el tema central de la historia. Pero, finalmente, la relación amor-odio con el padre es tan fuerte que decidieron cambiarlo. “Ese título nos centraba un poco en la historia de este mundo del hijo, el niño, el hermano... Era el núcleo que vinculaba al padre y a la hija. Desde el inicio pusimos ahí el foco pero la gente nos decía que no tenía tanto peso el hermano como para darle el título. Le pesa la custodia pero lo que de verdad le pesa es que quiere una familia a cualquier precio. Ella pagaría lo que fuera para tener esa idea de familia que tenemos todos en la cabeza. No es tanto el hermano el centro, es más el padre y por eso pensábamos que íbamos por un título que no era el que tenía que ser”, analizó la realizadora. El guionista, Cebrián, apuntó que siempre su primera idea inicial fue “la de un padre que volvía a reencontrarse con una hija a la que había abandonado”. En este sentido Funes añadió que La hija del ladrón, más allá de que fuera el delito por el que había estado en prisión, era también una metáfora, “una forma poética de hablar, porque le quita la vida, le está robando al hermano, le deja sin adolescencia y sin juventud y ella ha tenido que crecer a marchas forzadas. Muchas veces de padres irresponsables salen hijos extremadamente responsables”, concluyó Funes para analizar la vida de Sara, una joven de 20 años que “tiene una vida que no le corresponde, está cargada de responsabilidades”.

En el largometraje, una de las anclas que sujetan a la protagonista a tierra es el padre de su hijo, David (Álex Monner), al que le une una relación de cariño, menos intensa y cercana de lo que ella querría. “Es un hombre que representa la nueva masculinidad, está muy comprometido con ella pero no está enamorado y no quiere tener una familia con ella, algo que ella anhela”. Como a lo largo de toda la película, Funes y Cebrián dejan al espectador que descubra y deduzca cómo ha sido el pasado de Sara. Así se puede ver que su relación está rota o que “ella se había quedado embarazada para mantener a Dani a su lado y le había ahogado con esa necesidad de querer y que la quieran”. De la misma manera se atisba una relación de malos tratos de su padre (Eduard Fernández) hacia ella o cuando menos de pocos cuidados y le había ocasionado la sordera que padece, además de cierta tendencia al alcoholismo.

Como en otras tres películas que han llegado hasta este Festival, una mujer lleva el peso de toda la trama y lo defiende con una actuación impecable y emocionante. Tanto Funes como Cebrián tenían claro que la protagonista tenía que ser Greta y, por lo tanto, el padre tenía que se su padre Eduard Fernández, ya que apostaba porque ambos actores fueran padre e hija en la vida real. “Me gustaba que fuera así, tenían algo muy genuino. Quería que cuando ella dice la frase ‘no lo puedo olvidar porque lo llevo en la cara’ que no fuera lírica ni algo poético, que fuera algo real, porque los ves y son iguales. También podía enfrentarlos en una mesa y decir que son iguales. Era dar a la película algo difícil de conseguir”.

Concha para Greta. Greta Fernández, hija del actor de Eduard Fernández que hace de padre en la película, ganó la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián por su actuación en ‘La hija de un ladrón’. Para Belén Funes, “Sentí que era un reconocimiento para la película porque le habíamos escrito el personaje, le había dirigido. Cuando en una peli tan pequeña como ésta dan premios a las actrices siempre son premios a la película de alguna forma. Además estoy muy contenta que por primera vez consideran ya a Greta actriz y es muy buena”. Marçel Cebrián señaló además que “ha supuesto además que se hable de la película, sino habría gente que no sabría que existimos”.

Cine catalán y femenino. Dos de las claves de este 20º Festival de Cine Ópera Prima de Tudela que acabará hoy con la entrega de premios es la calidad del cine catalán (cuatro de las siete películas seleccionadas) y también de las actrices que han participado en las películas. En ‘Ventajas de viajar en tren’, ‘La hija de alguien’, ‘Ojos negros’, ‘La hija de un ladrón’ y ‘La muerte es solo el principio’ las actrices son el pilar de la película con actuaciones más que destacadas en todos los casos.