a singularidad de Venecia ha provocado que multitud de escritores, pintores, fotógrafos, arquitectos, cineastas y un sinfín de artistas de toda época y condición la haya retratado en innumerables obras, algunas de ellas muy conocidas. Sin duda, la ciudad de los canales es un foco de atracción pese a la invasión de turistas y al hartazgo de los venecianos, que, sin obviar la tragedia que ha supuesto en términos generales, habrán aprovechado la pandemia mundial para recuperar, siquiera un poco, sus calles, los campi, los traghetti, las vistas de la Giudecca, con su imponente Redentore, el puente de Rialto, Santa Maria della Salute e incluso la mágica piazza San Marco, con la Basílica y el Campanile, que a buen seguro no pisaban desde hace años. Uno de los creadores que ha sentido el magnetismo de este conjunto de islas erigidas sobre una laguna es el pamplonés Iñaki Echarte, que se ha inspirado en sus experiencias reales para escribir los relatos ficticios de Ninguna ciudad es eterna, pequeño volumen de cuentos que acompaña con fotografías tomadas por él mismo. A la vez, dedica un apartado a mostrar imágenes sin texto, invitando a las/os lectoras/es a imaginar y fabular sus propias historias a partir de ellas.

Publicado por la editorial Tres Hermanas dentro de la colección Tierras de la Nieve Roja, este libro nace del amor de Echarte "hacia Italia en general". "Me gusta mucho, de hecho casi los únicos viajes que hago son a Italia". Esta "obsesión" le obliga a llevar la cámara encima para captar lo que llama su atención, y, aunque Venecia no es su ciudad favorita de aquel país, reconoce que sí es "una de las que más historias encierra y más no historias, que son las que más me interesan". Porque lo que a este escritor le gusta especialmente es "poner el foco en esas relatos no contados". En busca de esa mirada distinta ha visitado ya tres veces esta "ciudad extraña y especial", rodeada de canales, sin coches y sin apenas rastro de venecianos, "que ya prácticamente no quedan" y que son bastante diferentes a otros italianos, sobre todo a los del sur y más aun a los de islas como Sicilia o Cerdeña, por ejemplo. La luz de Venecia también es única, lo que contribuye también a esa sensación de que estamos ante "una rara avis".

En Ninguna ciudad es eterna, reúne ocho relatos protagonizados por personajes que cualquiera podría encontrar por las calles de la ciudad, pero que al mismo tiempo tienen un toque irreal y en ocasiones romántico y melancólico. "Yo leo muchísimo sobre Italia y sobre Venecia hay infinidad de libros escritos", pero también ha tomado algunas de las historias de otras fuentes, como una noticia leída en un diario y otros textos "que no tenían muchos detalles y que me apetecía desarrollar". Así, nos presenta una Fugaz Venecia "reflejada en las aguas sombrías del Gran Canal"; El hombre del vaporetto, que realiza todos los días el mismo trayecto y que siente que apenas le queda ya tiempo y memoria para visitar la ciudad que tanto ama; La gondolera, con una joven ingenua que llega dispuesta a ejercer una de las profesiones más masculinizadas y tradicionales de la urbe y acaba, con los años, casi convertida en uno más de los fantasmas habitan sus rincones, o El cementerio, con el místico encuentro de un chico rico aburrido con la pétrea figura de una mujer. "Soy aficionado a los relatos abiertos y, además, Venecia parece que lo pide", señala, y pone los ejemplos de Los papeles de Aspern, de Henry James, y La voz maléfica, de Vernon Lee.

Además de los cuentos, el autor navarro, que vive en Madrid y trabaja en una Casa del Libro, presenta un capítulo de Fotos sin historia. "Lo interesante es que los lectores desarrollen relatos diferentes a partir de ellas", comenta. En parte, es lo que ha hecho él con estas narraciones, surgidas muchas veces de las ideas que se le ocurrían sentado en una terraza y observando alrededor gestos, sucesos o escenas "tan potentes" como la llegada de un trasatlántico "que parece que se va comiendo la orilla de la laguna". En este punto, a Echarte casi le apena haber escrito el libro antes de la pandemia y no durante o después, "porque me hubiera gustado ver cómo los poquitos venecianos que quedan disfrutan de la ciudad y la vuelven a sentir suya". Venecia sin turistas "es un relato que falta en este volumen", que puede gustar tanto a los lectores habituales como a los viajeros.

Nacido en Pamplona en 1977 y diplomado en Literatura Creativa, especialidad en Guión de cine y televisión en la Escuela Superior de Arte y Espectáculos (TAI), Iñaki Echarte Vidarte ha publicado hasta la fecha los poemarios Tristeza Eterna (2009-2014); Blues y otros cuentos (Baile del sol, 2009); Optimístico (Baile del sol, 2013); Soy tan blanco que cuando palidezco desaparezco (Ediciones Vitruvio, 2011), y otros títulos como Blues y otros cuentos (Baile del sol, 2009) y Huérfanos de Cernuda. Desestructuración cuer(po)ética (O Grelo, 2009). Entre 2005 y 2010 coordinó la revista literaria alex_lootz, y entre 2014 y 2016, el ciclo poético Lorca vivió aquí.

En cuanto a Ninguna ciudad es eterna, reconoce que "ocupa un lugar raro" dentro de su trayectoria. "Hasta ahora había publicado textos muy personales, mirando hacia mi interiores, y este libro es una visión hacia el exterior. Quizá por eso me ha costado bastante escribirlo", dice. Y cuenta que coincide con un cambio creativo que está experimentando y que le está llevando a apoyarse más en el lenguaje de la fotografía. "Le estoy dando un poco más de impulso a mi visión fotográfica". Así, ahora tiene una muestra de fotografía en una librería madrileña y el año pasado hizo otra. "Es como si fuera un giro en mi creatividad", afirma. Eso sí, independientemente de la herramienta que emplee, ya sea la poesía, la fotografía o los collages, "lo que me interesa siempre es contar una historia. Incluso en las exposiciones intento que tengan una especie de narratividad interna. Está muy bien crear algo bonito, pero necesito que detrás haya una historia potente". De esta manera, algo que ha salido de él, puede tocar al otro. En este caso, la idea de Venecia, que algunos dicen que va a desaparecer bajo las aguas, "pero ahí sigue, la campeona; yo creo que aun nos va a durar mucho tiempo, al menos más de lo que creemos", aunque no sea eterna.

Título

'Ninguna ciudad es eterna'.

Autor

Iñaki Echarte Vidarte.

Editorial

Tres Hermanas.

Extensión

108 páginas.