Fecha: 11/04/2021. Lugar: Sala Tótem. Incidencias: Sala llena, con el público sentado y cumpliendo con los aforos de la nueva normativa covid. O'funk'illo son Andreas Lutz (voz), Pablo Márquez (guitarra), Anye Bao (batería) y Pepe Bao (bajo).

priori, la hora no parecía la más propicia para un concierto. La una del mediodía, lluvia y frío sobre Pamplona, además de las restricciones a las que la pandemia obliga (público sentado, uso obligatorio de mascarillas, distancia social, barras cerradas...). Sin embargo, O'funk'illo fue capaz de sobreponerse a todos esos impedimentos y llenar la sala Tótem de incondicionales. Para que se hagan una idea, cuando la actuación comenzó, todavía había varias decenas de personas haciendo cola para entrar en la sala. Esto demuestra, por enésima vez, que la sociedad tiene un hambre voraz de actividades culturales y que estas pueden (y deben) seguir celebrándose como lo han hecho hasta ahora: de manera total y absolutamente segura. Obviamente, el domingo había razones específicas y de peso para no faltar a la cita de la Tótem: la banda sevillana es una auténtica referencia para los amantes del funk y del rock, o del funky andaluz embrutessío, como ellos mismos lo definen con acierto: su música nace, sin duda, del funk, pero presume también de un evidente carácter andaluz, presente sobre todo en el acento de Andreas Lutz, así como en algunos detalles de los instrumentistas. Y basta verles unos segundos sobre el escenario para comprobar que, efectivamente, están absolutamente embrutessíos (o asalvajaos, como diría su amigo Tomasito).

Resultó particularmente extraño disfrutar de esta actuación sentado, sin poder bailar, pero la concurrencia cumplió escrupulosamente las normas. Eso sí, el goce no disminuyó y la conexión fue máxima. O'funk'illo venía a presentar su último disco, O'funk'illoterapia, aunque, obviamente, también repasaron su cancionero más añejo. Al comienzo del concierto, por ejemplo, sonaron En el campito o A 'jierro, que tienen ya dos décadas de historia. Aunque el público no se podía levantar, cantó y aplaudió todos los cortes, respondiendo con gritos y brazos al viento cada vez que Andreas pedía "cuernos".

Musicalmente, el abanico de estilos fue inmenso. En algunos momentos se acercaron sin complejos al rock duro, al soul o al reggae (Mary Jane), aunque, como es obvio, lo que predominó fue el funk, todo ello excelentemente bien ejecutado por los tres virtuosos que estaban sobre las tablas: Pablo Márquez, el guitarrista, se marcó varios solos memorables, lo mismo que Anye Bao con su batería; aunque quizás el más espectacular de todos ellos fue el hermano de este último, Pepe Bao, muy posiblemente el mejor bajista del país, que terminó erigiéndose como el instrumento fundamental del combo, tocándolo con rapidez endiablada, expriméndolo y extrayendo de él sonidos imposibles. El carisma y la voz de Andreas es la última pieza de una maquinaria imbatible, siempre presta para divertir y deleitar. Y por si no hubiesen quedado claras sus referencias, Al final hicieron algunas versiones que ayudan a ubicarlos: Amy Winehouse, James Browne y AC DC. Esas son las coordenadas de una de las bandas más solventes de la escena nacional.