- Manolo García se define como un irredento al desánimo a pesar de la pandemia, la avaricia que condena a una parte de la sociedad mientras otra se lucra o las guerras, cosas que no entiende y que explican el título de uno de los dos discos que publica esta semana.

En Mi vida en Marte (Sony Music), que llega este viernes de la mano de Desatinos desplumados, refleja ese desconcierto y constituye un intento de aportar su granito de arena como hacedor de canciones. ¿Pero cree que si alguien como Vladimir Putin escuchara un álbum como este, entendería que de alguna manera habla de lo que hace gente como él?

"Me temo que no. La esencia de los seres humanos es misteriosa. La música amansa a las fieras pero no las para y cuando la bestia salta, salta. Ojalá (Putin) llegara a un camino de compasión humana, pero me temo que es predicar en el desierto", reflexiona García (Barcelona, 1955) .

El nombre de su octavo álbum, explica, lo sacó de una noticia en la que se hablaba, no sabe si en broma o en serio, de un proyecto para empezar a edificar en el planeta rojo. "¿Un peñasco entre vientos huracanados cuando tenemos este planeta maravilloso? ¿Damos por sentado que esto ya está acabado?", se pregunta.

"Se me ocurrió ese título. La vida aquí es un poco también como vivir en Marte, pero no solo por la pandemia o lo de Ucrania, atroz y completamente innecesario, sino por otras guerras, como la de Siria. ¿Tenía razón Einstein cuando decía que además del universo, lo otro infinito es la estupidez humana?", vuelve a inquirir.

Comenzó a escribir Mi vida en Marte en su última gira acústica, en 2019, y ya metidos en pandemia, "aunque la sensación de sentirme un poco marciano viene de antes". Y aclara: "Yo soy muy escéptico, pero escéptico participativo, porque me apunto a un bombardeo a pesar de todo. No me desanimo. Yo pa'lante y a participar en este disparate mundial de vivir todos, que es donde está la clave, en que vivamos todos", concluye.