Tras el concierto que ofrecieron en 2019 en Burlada junto a la Joven Orquesta de Pamplona, Sôber regresa a Iruñerria para presentar su último trabajo, Elegía. Un disco en el que, dice su vocalista Carlos Escobedo, han “echado el resto”.

Hasta ‘Elegía’, habían pasado cuatro años desde que Sôber publicó su anterior disco de estudio. ¿Cómo ha sido esta etapa, marcada inevitablemente por la pandemia?

-La pandemia nos trastocó, como a todo el mundo, pero no nos pilló mal del todo porque íbamos a hacer un pequeño parón para componer. Fue más largo de lo normal, pero sacando la parte positiva, nos ha dado tiempo para cuidar a Elegía como merecía, no sólo en canciones y arreglos, sino también en formato, porque es diferente al resto de discos.

¿En qué sentido?

-He tenido la suerte de trabajar con mi hija, que ha hecho todos los dibujos y acuarelas que hay en el diseño, canción por canción. Es un disco muy personal y en ese sentido, la gente ha visto que hemos echado el resto.

Da la sensación de ser un disco artesanal, que va a la contra de estos tiempos fugaces donde la música casi se consume single a single.

-Sí, no sé a quien se le ha ocurrido la brillante idea de decir que ahora hay que sacar canciones... Yo sigo creyendo en el disco, forma parte de una etapa del grupo y sigo creyendo en abrir etapas y poder cerrarlas para poder continuar. Y Elegía, como muchos discos nuestros, forman parte de una época y la gente lo vive de una manera personal.

¿Cómo es entonces la época actual de Sôber?

-Después de haber hecho el disco sinfónico La sinfonía del Paradÿsso, que prácticamente estaba compuesto desde hacía veinte años, vimos que las canciones seguían vigentes y en la retina de todos y eso nos ha marcado un poco el volver a los orígenes. Elegía tiene un poco de ello: es un rescate a de donde venimos y esa parte más oscura, densa y gótica que siempre ha tenido el grupo. Luego vas desarrollando, creando cosas... pero al final dices: vengo de aquí y cuando me pongo a escribir, es el momento de refugio y de desnudarte.

Hablando de escribir, ¿por qué este disco es una Elegía?

-Es un homenaje que quería hacer a dos compañeros que ya no están conmigo: Alberto Madrid, batería de Sôber durante muchos años, y Big Simon, que fue productor. Para mí era un reconocimiento, llevamos ya más de veinte años, haces balance y ves que estos compañeros, de alguna manera, siguen muy presentes con nosotros. Era una manera de hacer un homenaje al momento que vivíamos, a la pérdida de alguien muy querido, e incluso a la libertad que nos robaron durante mucho tiempo... Fue dándole sentido a ese homenaje a nosotros mismos y a la gente que nos ha ido dejando.

Un homenaje a la banda que parece guiar el tema Eclipse, donde se habla de caer en el agujero, pero salir juntos.

-Sí, dice que a veces eres el terciopelo que araña la piel de al lado, pero que juntos podemos intentar comprendernos, querernos y poder continuar. Esa canción además tuvo ese punto de pasar de componerse con una guitarra acústica y al piano e ir cogiendo forma. Le da sentido a ese momento que como grupo estábamos viviendo, de después de muchos años volver a encajar las piezas y armarte a la hora de hacer un disco.

De hecho, la banda está cerca de celebrar su 30 cumpleaños. ¿Qué queda de aquellos Sôber que en 1994 daban sus primeros pasos?

-Buf, creo que queda mucho, eso no sé si es bueno o malo (risas). Por un lado, dices no hemos cambiado tanto y por otro, ha pasado mucho tiempo, estamos los que tenemos familia... Pero la esencia se sigue teniendo. Y el día que se pierda y ya no esté, hay que intentar buscarla o tomarte un tiempo, porque eso es lo que te hace estar en la música. En nuestro caso, cuando Sôber se tomó ese parón, era porque quizá las cosas no estaban yendo todo lo bien que queríamos y necesitábamos volver a encontrar a esos Sôber que disfrutaban haciendo canciones. Eso se había perdido y desde la vuelta que fue prácticamente en 2009, han pasado otros doce años y el grupo está en uno de sus mejores momentos porque se entiende, se comprende, se quiere tal y como es, y eso es lo mejor en un grupo.

De cara al concierto que ofrecerán hoy en la sala Tótem, ¿qué tres palabras definirían esta cita?

-Uf... Pueden ser emotivo, enérgico y sentimental. Tocamos un poco de todos los discos, también hacemos una parte acústica en medio y evocamos otra serie de sentimientos. Quizá en un concierto se pide tocar las más cañeras, pero en este concierto va haber momentos emocionantes. l