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Malena Alterio y Daniela FejermanActriz y directora de la película ‘Mamá no enRedes’

“Las mujeres a cierta edad somos muy interesantes, tenemos muchas historias que contar”

¿Cómo reacciona un veinteañero al ver el perfil de su madre en una aplicación de citas? Así arranca la comedia rodada en Pamplona ‘Mamá no enRedes’, estrenada hoy jueves

“Las mujeres a cierta edad somos muy interesantes, tenemos muchas historias que contar”Unai Beroiz

Malena Alterio (Buenos Aires, 1974) asegura que el de Clara Ramos, protagonista de la comedia Mamá no enRedes dirigida por Daniela Fejerman (Buenos Aires, 1964), es “el papel soñado”. Una mujer liberada que toma las riendas de su vida afectiva y sexual y que no se acobarda a la hora de explorar nuevas posibilidades de relaciones. Rodada íntegramente en Navarra, la película rompe estereotipos y plantea cambios de roles necesarios.

Cartel de la película.

Es una comedia divertida y fresca, y también da que pensar sobre muchos temas.

–Malena Alterio: Sí, plantea posibilidades. Porque cuenta la historia de esta mujer aparentemente conservadora, con su familia ya hecha, aunque está separada, y en un momento dado se plantea la posibilidad de retomar su vida sentimental y allí que arranca. Y lo que ella pensaba que iba a ser encontrar una aventura, se le empieza a complicar y lo que iba a ser una luego son dos, y luego a lo mejor otra más...

¡Se le empieza a complicar pero para bien!

–¡Para bien!, sí, sí, lejos de ser un problema, para ella no lo es, no se amilana, no se acobarda y se da el permiso de seguir investigando con distintas posibilidades.

A las espectadoras les van a dar ganas de ser Clara Ramos.

–Daniela Fejerman: Sí, yo creo que a todas.

–Malena Alterio: Es el papel soñado. Y lo bueno es que es en la ficción y que es un ratito, porque sostener esa idea que tiene Clara, al final no sé hasta qué punto sería factible durante mucho tiempo... Pero un ratito, es un sueño. ¡Un parque de atracciones! (ríe).

Da gusto ver una comedia con una mujer fuerte, emprendedora y liberada como protagonista, que toma las riendas de su vida afectiva y sexual, en torno a la cual giran hombres interesantes. Un rol en el que siempre vemos más a los hombres.

–M.A.: Así es, estamos demasiado acostumbrados a ver a los hombres debatirse entre elegir una mujer u otra, y ahora la película que hemos construido junto con Daniela plantea un cambio de roles.

–D.F.: Quería proponer otros referentes femeninos, y esta Clara de Malena puede serlo. Yo creo que puede servir como modelo para muchas mujeres. No es una Clara lejana ni sofisticada, es una Clara real, llena de matices y pequeñas contradicciones.

La película plantea el tema de ligar por redes, por las aplicaciones de citas. Una práctica muy extendida.

–M.A.: Es un hecho, sí, es lo que se está llevando. Ya esta cosa de ir a los bares, a las discotecas, parece que está un poco demodé y que no tenemos tiempo y vamos a tiro hecho, y hacemos una preselección a través de las redes sociales y luego ya quedas con la persona que te atrae y te gusta. Yo no lo manejo porque no lo sé manejar, creo que pertenezco a otra generación y no sé moverme muy bien en esos caminos, pero sí que sé que funciona y que mucha gente consigue pareja a través de las apps para ligar. Sé que la carta de oferta es muy grande, y que puedes estar con chicas, con chicos, con dos, con tres, con cuatro, que puede ser solamente para ligar, puede ser solamente para casarte, para ir a un karaoke o para comentar una novela. Para todo. No voy a ser yo quien critique ese sistema. En mi caso, como soy un poco analógica, no me manejo y también le tengo un punto de reticencia, no me termina de convencer, sobre todo por esta cuestión de la cosa rápida, del consumir, del elegir a través de una foto, del no saber qué hay detrás, que hay también mucha engañifa... tengo mis peros.

En la película incluso los hijos de Clara, veinteañeros y usuarios de Tilink, ven esos ‘peros’ cuando descubren que su madre tiene un perfil en esa app.

–D.F.: Sí, les cuesta encajar que la madre tome sus propias decisiones, y sobre todo al hijo varón. Le cuesta imaginar a su madre, que es su madre ante todo, como una mujer que ejerce su sexualidad muy libremente, y luego se aplica el cuento, y como él usa las redes para ligar a saco, pues piensa: mamá se va a encontrar a alguien como yo, a gente sin escrúpulos; y eso hace que acabe poniéndose en el rol de controlador, en una especie de padre que espera a su madre hasta las tantas para pedirle cuentas.

En esta película las mujeres son las que tienen las mentes más abiertas.

M.A.: Sí, queremos proponer eso, que se vea, porque estamos muy muy acostumbrados a ver al hombre manejándose en estos terrenos de andar libremente campando a sus anchas, y ahora es la mujer la que libremente campa a sus anchas, ¿y por qué no?

D.F.: Y está el personaje de Malena que redescubre sus afectos, su vida sexual, y luego está el personaje de Eva Ugarte que empieza encarnando a una mujer en crisis en los 40 a la que han abandonado y que de pronto se empodera y también ejerce su sexualidad de una manera bastante libre y suelta.

La idea del guion nació por una noticia publicada en prensa, ¿no?

–D.F.: Sí, Gerardo Herrero, uno de los dos productores, me pasó un recorte de prensa que contaba que un chaval de 20 años se había encontrado en Tinder el perfil de su propia madre. Y de hecho Gerardo me dijo: estarán ahora mismo todos los productores... Era una premisa muy buena.

¿Cómo recuerdan el rodaje en Navarra?

–D.F.: Maravilloso. Rodar aquí le dio una luz a la película... Además de en Pamplona, rodamos en una casa rural en Villanueva de Arce, Agroturismo Mari Cruz, el reino del hombre tranquilo (se refiere a una de las citas prometedoras de Clara, la protagonista). Encontré ese lugar en Internet, contacté con ellos y cuando fui me di cuenta de que era el ideal para hacer esto. Y estuvimos en otro pueblo muy bonito de Baztan, con unas casitas preciosas... Imagínate, en Madrid te vas a una casa rural, y ¿qué vas a ver? Meseta desértica. Y aquí estábamos en un verde idílico, con una huerta maravillosa. Hay lugares alucinantes aquí en Navarra. Yo he rodado ya dos películas y mi hijo me dice: mamá, este es un lugar muy bueno para estar.

Un punto interesante de la película es que es divertida, hay sentido del humor, pero con respeto. No hay ofensas en las relaciones que se plantean, y en este tipo de comedias frescas y ligeras no es tan habitual.

–M.A.: Sí, es una comedia elegante, que parte de las situaciones mismas y no de algo soez o fuera de tono. Pese a que son temas que de repente podrían disparar la película hacia otros lados muy soeces o muy faltones, de repente siento que no, que es una propuesta que es elegante.

–D.F.: Sí, hay una premisa en la historia que es vive y deja vivir, y de quien no la respeta digamos que nos reímos con cierta coña pero sin ofender. Los mostramos, digamos. Sin sentar cátedra.

Vive y deja vivir. El mundo podría ser mucho más sencillo de lo que lo hacemos si siguiésemos esa premisa.

–M.A./D.F.: Sí, mientras seas honesto y no hagas daño...

¿Cómo ven el sector del cine en cuanto a igualdad y visibilización de las mujeres?

–M.A.: Yo veo brotes verdes y siento que aunque a lo mejor en igualdad no estamos equilibrados porque obviamente sigue habiendo más historias de hombres contadas por hombres y protagonizadas por hombres, el tema ya está sobre la mesa y ya no nos hacemos tanto los tontos, las mujeres empezamos a reivindicar y a demandar que cuenten nuestras historias, y no desde el punto de vista masculino. Porque creo que somos muy interesantes, sobre todo a determinada edad: somos complejas, y ricas, con mucho sentido del humor y con muchas historias que contar que creo que están faltando, pero que poco a poco van a ir apareciendo.

–D.F.: Estoy de acuerdo en que se va avanzando, y cada vez hay más historias que reflejan otros mundos que antes no aparecían en la pantalla. Lo cual no quiere decir que esté todo hecho, para nada, pero el camino está iniciado.

¿Y cómo ven ahora mismo el cine, la asistencia a salas?

–D.F.: Nos parece triste que se acabe, porque parece una condena difícil de revertir. La asistencia ya iba bajando y con la pandemia se remató, y es difícil sacarnos de esta tendencia, si nos hemos acostumbrado a que tenemos varias plataformas, tenemos tanto para elegir que nos pasamos media hora eligiendo, y si estrenan algo que nos llama la atención sabemos que en un par de meses lo vamos a tener en casa. Entonces se convierte en una cosa romántica reivindicar las salas, la comunión con los espectadores.

–M.A.: Sí, parece que andamos mendigando, y no está bien. Yo llevo tres promociones diciendo: venga, que es maravilloso ir al cine. La gente tiene que saber esto, y yo hablo solamente por mi propia experiencia, que sé que voy al cine y veo la película. En casa no la veo, porque me distraigo, está el teléfono, el WhatsApp al lado, y de repente como que no tenemos paciencia, que si al minuto tres no te ha terminado de convencer ya te estás yendo... y sin embargo si vas al cine tú te sientas ahí y ves la película entera. Ahí tienes más posibilidad de reposar y reflexionar lo que ves.