El lenguaje de Carlos López irrumpe hasta el 28 de abril en el Museo Gustavo de Maeztu con su proyecto ‘Elogio de la naturaleza’, con el que la pinacoteca de Estella-Lizarra apoya a uno de los creadores navarros con voz propia. Se trata de 28 piezas que se centran en el paisaje, junto con sus líneas y la materia que los componen. Paisajes diferentes como el de las Bardenas o Urbasa, pero también de las miradas retroactivas al mar Cantábrico, al paisaje intimista o vislumbrando el centro emocional que emanan las tormentas.

Y es que sus obras son fruto de la reflexión sobre las miradas que previamente ha interiorizado. Son estructuras anímicas donde la luz se expande como un personaje secundario pero intenso, frente a la textura de los pigmentos, trabajada con precisión y con la intensidad de las paletas y los pinceles. También los colores son sopesados para mantener un diálogo con cada uno de los fragmentos de los paisajes. Encuadres fotográficos que Carlos López transforma en impresiones visuales. Su poderosa mirada, ensueña la instantánea, basándose en las líneas que marcan el fragmento cercano, la tierra, el agua y el cielo. Y es que este pintor tiene claro el objetivo de recrear espacios para convertir los desiertos, los mares y las tormentas en estados de ánimo serenos: propuestas objetivas de calma.

Lo cercano, lo intermedio y lo lejano son el paisaje, el agua, la tierra y el espacio y la mirada de Carlos López consiste en meternos dentro.

Cinco miradas sobre la ‘Llanura’, del pintor tudelano Carlos López, en una de las salas del museo Gustavo de Maeztu en Estella-Lizarra.

El comienzo de su pintura está en las Bardenas donde pudo atrapar el espacio y las sensaciones a través los colores ocres, donde matiza el pasaje con el gris y marrón que atrapan una luz que es materia y sueño.

También para trazar sus líneas de ensoñación le sirven las que marcan las montañas que contrasta entre la tierra y el azul oscuro de los confines. También López ha aprendido a ver el mar con la misma mirada. Primero el terreno conocido de la costa para ir profundizando en la atracción de las turbulencias marinas a través de la inquietud de las olas y la profundidad de los violetas que se funden con la infinidad del cielo.

También aparecen sus cuadros sobre las tormentas, que son un estado de ánimo contenido, pero lleno de contrastes que anticipan estallidos lejanos donde la imagen humana no tiene cabida. López es capaz de apresar estos fenómenos como quien atrapa una sensación y le echa paladas de arena y luz encima “mis cuadros nacen de la reflexión en el estudio y están en mitad de la nada”.

Curriculum

Carlos López González, nació en Tudela en 1971. Es Licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, en la especialidad de pintura. Actualmente es profesor asociado en la Universidad Pública de Navarra y ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en Tudela, Pamplona, Logroño, Madrid y Bilbao entre otras. Su obra permanecerá en el Museo Gustavo de Maeztu hasta final de abril.