Siguiendo con su constante actividad, el Navarra Arena se prepara para recibir la noche de este viernes, 6 de junio, a Bryan Adams, que presentará en Pamplona su nuevo álbum, Roll with the punches.

El disco verá la luz el próximo 29 de agosto, pero ya se conocen las tres canciones que han sido lanzadas como adelanto: Make up your mind, Never ever let you go y Roll with the punches, la canción que da título al álbum y que, según su propio autor, mejor resume el espíritu de este trabajo, que no es otro que el de levantarse después de cada caída.

Es previsible que el rockero canadiense interprete estas tres novedades en la capital navarra, pero se espera que el grueso del repertorio sea un repaso a los temas más conocidos de su carrera. Y es que, con más de cuarenta y cinco años de trayectoria, el rockero canadiense tiene mucho dónde elegir.

Músico por vocación

Nacido en Kingston, una ciudad del condado de Ontario (Canadá), el 5 de noviembre de 1959, este hijo de inmigrantes ingleses siempre sintió clara su vocación musical.

Dicen que, de adolescente, ahorraba dinero para comprar cuerdas de guitarra y a los 16 años ya montó sus primeras bandas y empezó a componer canciones para otros artistas, algunos de ellos absolutamente consagrados; fue el caso de Kiss, para quienes escribió (junto a su amigo Jim Vallance y Gene Simmons) War machine y Rock and roll hell.

Pero el futuro cantante quería iniciar su camino personal y en 1980 llegó su debut como solista, con un disco que tituló con su propio nombre. Con su segundo álbum, You want it, you got it (1981), siguió ascendiendo peldaños en la escalera de la popularidad, pero fue con el tercero, Cuts like a knife (1983), con el que hizo saltar la banca y se convirtió en una de las voces más conocidas (y reconocidas) de los años ochenta y noventa

Aquel tercer disco le había abierto las puertas del Olimpo en su Canadá natal y también en Estados Unidos, y sería el cuarto, Reckless (1984), el que le coronaría como una súper estrella también en Europa. Para la conquista del viejo continente, fue determinante la gira en la que teloneó a Tina Turner. En total, se vendieron más de doce millones de ejemplares de este disco, que, a la postre, ha quedado como uno de los más alabados de su carrera, incluyendo algunos clásicos indiscutibles de su repertorio como Heaven, Summer of 69 o It’s only love (cantada a dúo, precisamente, con Tina Turner). Tras semejante petardazo, su siguiente trabajo, Into the fire (1987), supuso una relativa decepción artística y comercial, porque, aunque funcionó bien (vendió dos millones de copias), no se acercó a los niveles del anterior.

Sin embargo, el canadiense supo sobreponerse y, tras grabar un disco en directo, Live! Live! Live! (1988), sería en la década de los noventa cuando se convertiría en uno de los artistas más importantes de todo el mundo. 

‘Everything I do...’

Waking up the neighbours (1991) fue el álbum que volvió a colocar a Adams en la primera línea; el disco incluía la canción Everything I do (I do it for you), que formó parte de la banda sonora de la película Robin Hood, príncipe de los ladrones (protagonizada por Kevin Costner). Tanto la canción como el filme arrasaron y, en el caso del cantante, marcaron el inicio de su época dorada en el pop rock mainstream con referencias como 18 til I die (1996) o su MTV Unplugged (1997), además de otras incursiones en el mundo del cine, como All for love, junto a Sting y Rod Stewart (para Los tres mosqueteros), o Have you ever really loved a woman, con guitarra de Paco de Lucía, (para Don Juan de Marco).

Es obvio que, en la actualidad, los lanzamientos de Bryan Adams ya no alcanzan aquellos impactos, pero el canadiense continúa siendo un artista plenamente vigente; sus nuevos discos siguen teniendo buena repercusión y sus conciertos siempre son garantía de éxito.

Al fin y al cabo, no hay muchos artistas que pueden presumir de haber vendido más de sesenta millones de discos y de tener una colección de éxitos como la que, a buen seguro, sonará este viernes en el Navarra Arena.