Tienen mil anécdotas para contar. Como cuando fueron a Peralta a representar Sempronio de Agustín Cuzzani y al llegar se dieron cuenta de que se les había olvidado el cohete que habían construido y que era elemento central de la escenografía.

“Tuvimos que llamar al director del instituto, que tenía un pequeño descapotable, y metió el cohete en su coche y se vino hasta Peralta con él”, recuerda Vicente Galbete. Y anécdotas menos divertidas, como “cuando llegabas a las dos de la madrugada al instituto a descargar y de repente los jóvenes se esfumaban...”.

En cualquier caso, ambos docentes han comprobado que “hay una juventud fantástica, como no ha habido aquí nunca. No solamente culta, bien preparada, también generosa, animosa para hacer las cosas”, defienden, celebrando el logro de haber creado “un circuito de públicos muy fieles, de más de una treintena de centros educativos que llamaban para venir un viernes o un sábado a ver nuestra obra”.

"El que resiste vence"

Preguntados por la salud del teatro escolar hoy en Navarra, Galbete tiene la sensación de que cuando ellos empezaron, “en los institutos que había en Pamplona, que eran muchísimos menos que ahora, había cierta efervescencia en hacer cosas. No solo teatro, yo he participado en la creación de videoclubes, talleres de fotografía, huertas escolares, clubs de excursionistas. Yo no sé si ahora se emprende tanto. Nosotros hemos sido absolutamente temerarios, salíamos por toda Navarra con los chavales, representando en muchos pueblos. Nos lanzábamos, y ahora me da la sensación de que la gente no está tan dispuesta a meter horas ¿a cambio de qué?”.

Ignacio Aranguren apunta que “el que resiste vence”, aludiendo a que la actividad teatral del IES Navarro Villoslada ha continuado en todos estos años desde su marcha –aunque acaba de cesarse a sus responsables desde el curso 2017-2018, Ana Artajo y Ion Martinkorena y no se sabe quién dirigirá el taller el curso que viene–; “también siguen en Plaza de la Cruz... pero no es nada fácil, pasas momentos de diversos sabores, la actividad teatral tiene un encaje complicado en los centros escolares. No se valora tanto, entran en colisión intereses distintos”, asegura.