pamplona - Tres jóvenes se unen en la década de los 60 para crear una discográfica, Futura. Guiomar Puerta, actriz vasca, es Maribel, un personaje inspirado en Marini Callejo, la primera mujer productora musical. Para hacer frente a su papel ha tenido que aprender a tocar el piano. Junto a sus otros dos compañeros, Carlos Cuevas e Iván Marcos, ha visto cómo su vida cambiaba a una velocidad de 45 revoluciones, igual que el título de la serie que mañana estrena Antena 3.

Protagonista de una serie en prime time en Antena 3, ¿un sueño?

-Es increíble. Estoy que todavía no me lo creo y la serie se estrena ya, es un sueño hecho realidad. El casting fue muy largo, el primero lo hice en marzo del año pasado y hasta julio estuve haciendo pruebas y ese mes me confirmaron que el personaje de Maribel era mío.

Una larga pelea.

-Duró meses, pero al final lo conseguí y estoy muy emocionada. Hemos trabajado mucho en esta serie y estamos esperando a ver cómo se recibe.

Usted pasó por Goenkale.

-Estuve las dos últimas temporadas. Es una serie que ha sido cantera para muchos actores vascos, yo disfruté mucho trabajando en una ficción tan importante y tan larga. Fui muy feliz, aprendí mucho, fue mi primer trabajo como actriz.

¿Le costó hablar en euskera en esta serie después del tiempo que llevaba en Madrid?

-Es cierto que en Madrid no puedo hablarlo, no conozco a nadie que lo hable, pero lo hablo, y si tuviera que ir a Euskadi a hacer un papel en euskera, podría hacerlo perfectamente. Hasta llegar a la universidad todo lo he hecho en euskera.

¿Cómo entra en el mundo de la interpretación?

-Mi familia siempre ha estado vinculada al mundo del arte en general. Mi madre es actriz (Zutoia Alarcia) y mi padre es guionista y ha escrito obras de teatro (Xabi Puerta). Desde pequeña he estado vinculada a la interpretación. Cuando acabé en el instituto, me fui a Madrid a estudiar Comunicación Audiovisual, pensaba que lo que quería era estar detrás de las cámaras.

Y no fue así, ¿no?

-Mientras estudiaba, me di cuenta de que lo que realmente me gustaba era estar delante. Compaginé la carrera con estudios de interpretación y justo al acabar me salió el personaje de Goenkale. Tuve suerte.

¿Cómo le ha ido después?

-No me puedo quejar. Después estuve en Carlos, Rey Emperador en Televisión Española. Interpreté a la hija pequeña de Juana la Loca. Estuve también en Embarazadas, me dieron un personaje pequeñito. Estoy en la serie de TVE Derecho a soñar, que es diaria y ha estado sin estrenarse bastante tiempo. Ahora 45 revoluciones, no me ha ido tan mal.

¿Le ha costado algún problema retrotraerse hasta la década de los 60, cuando España empezó a modernizar su ritmo musical?

-No. Siempre he tenido un gusto un poco raro en música. Me gusta muchísimo la de los 60, 70, 80... Pero también me ha gustado el cine de los 60 y he consumido mucha cultura de ese tiempo. Para preparar el personaje he leído y visto documentales. Hemos hablado mucho con los directores para hacernos una idea de cómo se vivía en ese momento.

Para una mujer de 26 años aquella época tiene que resultar cuando menos alucinante...

-Nunca hemos tenido la sensación de hacer una serie de los 60. Son personajes que pueden extrapolarse a cualquier momento. No se ha pretendido hacer una serie de época, tiene toque de actualidad y modernidad. Los 60 están en el fondo, pero los personajes podrían pertenecer a cualquier tiempo. Mi personaje, podría ser una chica de hoy en día.

¿Tampoco le ha sorprendido el vestuario?

-Bueno? Las modas vuelven mucho, y cosas que me han puesto y me ponen en las grabaciones se llevan ahora. Salvando las distancias, a mí me encanta toda la estética de los años 60. El vestuario lo diseña Eva Camino, es una maravilla. Hay ropa de segunda mano, ropa vintage. La escenografía y los decorados son geniales. Los personajes son traspasables a cualquier tiempo.

¿No le da vértigo ser la protagonista de una serie de prime time?

-Sí, claro. A ver lo que pasa el día del estreno, veremos qué respuesta dan los espectadores. Pero estoy tranquila; al final estoy haciendo mi trabajo lo mejor que sé, lo mejor que puedo, y no hay que darle muchas vueltas. Es cierto que tengo un papel importante, el más importante que he hecho hasta ahora, aunque creo que hay poner todo en una balanza y lo importante es lo que hacemos en el día a día. El día a día supone compartir el rodaje con mis compañeros y disfrutarlo. No hay que pensar mucho en lo que estamos haciendo, hay que dejarse llevar.

Xabi Puerta, su padre, es un conocido guionista. ¿Qué prefería para su hija: el mundo del guion o el de la interpretación?

-Las dos cosas. Supongo que le hubiera hecho ilusión que escribiera, él lo hace, pero creo que también le ilusiona que sea actriz; me habría apoyado en cualquier cosa que eligiera. Siempre me dice que no descarte nada, que nunca se sabe las vueltas que puede dar la vida, que puedes ser más cosas, que no hay que cerrarse puertas.

Al final, se ha inclinado por la profesión materna.

-Por el momento sí. Ella ahora trabaja como profesora de interpretación, imparte cursos.