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Patxi Goñi: "La verdadera cima está en casa"

El alpinista ha vivido en el Manaslu su experienca más al límite. Tras semanas esperando una ventana de buen tiempo, emprendieron un ataque a cima. Pero el viento y la nieve les mantuvieron dos días atrapados a 7.500 metros. Afortunadamente, puede contar su experiencia ya en Lumbier

Patxi Goñi: "La verdadera cima está en casa"

pamplona. En primer lugar, ¿qué tal estos primeros días en casa tras una experiencia como la del Manaslu?

Regresar a casa siempre está bien y más después de situaciones como las vividas en el último mes. Además, me siento muy arropado en mi pueblo, el domingo me hicieron un homenaje en el Cross del Irunberri y la verdad es que es una gozada ser profeta en tu tierra.

Poniendo todo en la balanza, la mala experiencia a 7.500 metros incluida, ¿ha valido la pena?

Sin duda, el balance es muy positivo. Cada expedición es una experiencia vital enorme, además de deportiva, y ha habido momentos muy agradables al margen de los problemas de la ascensión. El montañismo es lo que más me apasiona y las expediciones me llenan muy por encima de los malos momentos que hayamos vivido puntualmente.

¿Cómo vivieron aquella situación?

Fue sobre todo algo muy angustioso. Estábamos en un lugar sumamente inhóspito, a 7.500 metros y sin poder salir. Era una situación de bloqueo total porque veíamos que no había manera de que se abriese el cielo y no había posibilidad de maniobra.

¿Y cómo deciden bajar al campo base con todos los elementos en contra?

Fue una decisión unánime. Llevábamos dos días a 7.500 metros y nos habíamos quedado sin gas y sin alimentos. Fue un descenso complicado porque había muchísima nieve, pero no fue ninguna locura, era la única salida. Tener al lado a gente como Soria, Lagunilla o Cadiach fue vital.En el mundo de la montaña el compañerismo es a veces lo que te salva.

Además, antes de esta experiencia estuvieron prácticamente tres semanas esperando una ventana de buen tiempo. ¿Cómo se lleva esa espera?

Suele ser lo peor de todo y en esta expedición ha sido especialmente duro. Las nevadas han sido incesantes y muy copiosas, algo que por lo visto no debe ser tan raro en el Manaslu. Los amaneceres eran muy buenos en ocasiones, pero enseguida empezaba a nevar. La espera del buen tiempo ha sido el mayor ejercicio de paciencia que he hecho en mi vida, aunque me ha valido para leer varios libros.

En su anterior expedición al Kangchenjunga también se tuvo que volver sin cumbre, aunque entonces las cosas salieron mejor

Pese a no pisar la cima, yo siento que ascendí el Kangchenjunga. No figuraré en estadísticas, ni me importa, pero para mí la he ascendido, aunque sin hacer cumbre. Aquella expedición me llenó mucho porque es una montaña muy complicada y la encaramos en un estilo muy ligero, esta vez ha habido menos suerte.

Parece que usted no tiene el problema de no saber darse la vuelta...

Nunca he tenido amargura por no hacer cumbre. Da pena, pero he estado en varios ochomiles en los que me he tenido que dar la vuelta y no pasa absolutamente nada. Ves que hay gente que se queda en el camino por arriesgar y te das cuenta de que no merece la pena. La verdadera cumbre es volver a casa para poder contarlo; si además haces cima, maravilloso. Por otro lado, al margen del alpinismo, hay otras cosas que me llenan muchísimo. En esta ocasión hemos pasado por Sama, una aldea impresionante anclada en la Edad Media cuyos habitantes nos han tratado con una hospitalidad enorme.