pamplona. El montañero navarro Mikel Zabalza forma una sólida cordada con sus compañeros Alberto Iñurrategi y Juan Vallejo. Los tres juntos consiguieron abrir una nueva vía para intentar coronar las tres cimas del Broad Peak, la duodécima montaña más alta del mundo, y la cuarta más alta de Pakistán.

Solamente su compañero Alberto alcanzó la cima de la Cumbre Principal, pero usted también tiene un gran mérito.

Los tres subimos a la cumbre central, y luego Alberto subió el principal. Pero para mí, haber escalado un 8000 por una vía nueva, es suficiente motivo para estar satisfecho.

Al hablar de los éxitos del deporte español de este año no se les menciona. ¿Cómo ve este tema?

El alpinismo no es, ni mucho menos, un deporte de gran competición, por lo que en cierto modo veo normal que no se nos mencione entre los logros del deporte español. Al igual que en nuestro caso te podría hablar, por ejemplo, de Kilian Jornet, campeón de carreras de montaña, que gana todas las carreras de esquí de travesía, es el mejor del mundo y nadie le conoce. Son deportes minoritarios.

¿Y cree que se puede hacer algo para que el alpinismo deje de ser un deporte minoritario?

La montaña, en nuestra zona, es muy popular. En el País Vasco, Navarra, Cataluña, hay un montón de federados en montaña, pero el que no haya competición hace que sea difícil también darle más valor a una ascensión que a otra. Es muy difícil. Como no compites con otra persona, ¿cómo dices que lo tuyo es mejor que lo que ha hecho otro?

¿Seguirá con el patrocinio actual de Naturgas?

Eso habría que preguntárselo a ellos. Nosotros estamos encantados. Es difícil conseguir patrocinadores en el alpinismo y más cuando no estás metido en lo más mediático, que sería los 14 ochomiles. Y mis proyectos son otros, ni siquiera sabemos cuáles son los del año que viene. Vamos a intentar ir haciendo cosas originales y viendo un poco nuestras posibilidades, pero también en el límite de esas posibilidades. Para nosotros, casi lo más importante es la manera de afrontar los retos, no tanto el reto en sí. Por ahora estamos muy bien con el patrocinador, y esperamos que siga confiando en nosotros.

¿Qué puede decir sobre la convivencia a esas alturas? Se llevan los tres muy bien, ¿no?

Sí, con Juan he compartido muchas expediciones, casi he perdido la cuenta, y con Alberto, pues las cuatro últimas he estado con él. Hay una buena y sólida relación de amistad de por medio, y tiene que ser así. Yo no entiendo un alpinismo de este estilo sin una relación así entre los compañeros, ya que unos días flojeas y tu compañero te ayuda, y otros días viceversa. El compañerismo y la amistad son valores muy importantes, y deben estar unidos y sólidamente ligados al alpinismo.

¿Cómo lleva su familia las largas temporadas fuera de casa? ¿Y lo angustiante de un deporte de riesgo como éste?

Ahora las cosas se facilitan con los teléfonos satelitales, de los que hace unos pocos años no disponíamos y estábamos bastante tiempo sin hablar con la familia. Ahora hay casi un contacto diario y eso hace más llevaderas las cosas.

¿Qué objetivos tiene de ahora en adelante? ¿Se han planteado alguna nueva vía más?

Retos tenemos una lista siempre interminable, y sólo tenemos que elegir de esa lista. Todavía no nos hemos decantado por un proyecto concreto, pero seguro que proyecto habrá, haya o no haya patrocinador, eso ya es otra historia.

¿Por qué decidió llevar a cabo sus ascensos en estilo alpino? ¿No es muy arriesgado?

Nosotros hablamos de estilo alpino cuando no hay preparación previa, ni cuerdas ni campamentos y, por supuesto, ningún otro equipo en la vía. Hacer una ascensión en estilo alpino en una vía en la que haya más grupos no tendría mucho sentido. Por supuesto es mucho más arriesgado, el compromiso se dispara. El compromiso es el equivalente al riesgo que asume el alpinista, porque en el caso de cuerdas fijas, si vienen mal dadas, la retirada es mucho más compleja. Cuando haces las ascensiones con menos medios tienen mucho más valor. El valor y el riesgo, yo prefiero llamarlo compromiso, van de la mano y es algo que el alpinista tiene que asumir y debe controlar, porque el riesgo no te viene de repente. Si no te encuentras bien, tienes la opción de volver atrás. Pero siempre hay un punto de no retorno, en el que asumes menos riesgo saliendo por la cumbre y bajando por la vía normal, que es un camino mucho más fácil, que volviendo por tus pasos.

¿Hubieran conseguido los tres alcanzar la Cumbre Principal de haberlo intentado con una expedición pesada?

No sé si hubiéramos podido, seguramente sí. Con un estilo más pesado, con cuerdas fijas y campamentos, cuando haces el ataque final estás mucho más fresco, porque en los momentos conflictivos tienes la cuerda, y además, pudiendo dejar la mayoría del equipaje en el campamento, no vas tan cargado. Así que las posibilidades siempre son mayores.