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Más deportivo que nunca

El club de montaña de la calle jarauta se replantea el futuro con nuevas actividades

Más deportivo que nuncaIBAN AGUINAGA

Las dos han sido decisiones complicadas de adoptar. La primera, la referida a la Alta Ruta de Belagoa, ya que suponía abandonar uno de los emblemas del club después de 40 años de existencia; la segunda, porque la tradicional marcha de veteranos, que llevaban 20 años encargándose de su organización, había acabado por formar parte del panorama del club pese a que en sus inicios les cayó por casualidad.

Ninguna formará parte del programa de actividades del próximo año. Pese a la unanimidad de los socios y el tiempo que llevaban dándole vueltas al asunto, no les ha resultado nada fácil, pero como ellos mismos dicen era el momento de buscar una redefinición del nuevo rumbo que el Club Deportivo Navarra quiere para su futuro.

La decisión, explican, no se podía retrasar más, pero lo primero que quieren aclarar es que esta sociedad montañera- una de las más antiguas de Navarra y con mayor número se asociados, entorno a los seiscientos- sigue muy viva. No son ajenos a lo que sucede con la gran mayoría de clubes de montaña, donde encontrar un relevo en la organización interna no resulta nada sencillo y año tras año son las mismas personas las que deben trazar el rumbo de las actividades de cada invierno. Pero por mucho trabajo que lleve, no hay forma de que pierdan las ganas y la ilusión.

La pasada semana cuatro de sus responsables expusieron su visión sobre la situación actual del Club Deportivo Navarra y los planes de futuro. Se nota enseguida que Mikel Iraizoz, Joaquín Salvoch, Javier Campos y Manolo Muñoz disfrutan con todo lo que tiene que ver con la montaña. Da igual el tiempo transcurrido desde ésta o aquella excursión. Ni tan siquiera de aquellos años en los que el club era propietario y gestor del por entonces pionero refugio de Belagoa. Cuando ven fotografías antiguas del club no pueden por menos que sentir un poco de nostalgia, por los que se fueron y por la inexorable realidad que marca el tiempo.

Y ellos ahí siguen, al pie del cañón, dándole vueltas a su club, buscando nuevos caminos, nuevos horizontes; amoldando sus ideas a los gustos y tendencias actuales sin perder de vista las esencias que les han permitido cumplir casi 80 años de existencia con un aspecto estupendo. Manolo Muñoz, el más experimentado del grupo por eso de la edad, es el menos optimista. "Creo que somos los últimos románticos de la montaña. Aparte de no cobrar, nos cuesta dinero y no se ve que haya relevo. De aquí a una generación no se qué pasará".

Aunque tratan de quitar dramatismo a la afirmación, en el fondo quizás intuyan que tenga razón. Puede haber muchas razones, aunque para Salvoch la más decisiva es que "antes no se concebía otra forma de ir al monte que formando parte de los clubes, pero ahora todo el mundo puede hacerlo. No hay más que ir un fin de semana para darse cuenta de que hoy en día tenemos muchos más montañeros".

nuevos planes Campos, que ha estado diez años dedicado a la Alta Ruta, no pierde la esperanza, pese a lo difícil que a veces resulta su tarea. "Si en un club lo dan todo muy mascado o les interesa mucho, la gente se apunta". Ahora se encuentra dándole vueltas a una nueva actividad que saldrá de lo que decidan los socios. "No hay que cerrarse a las ideas y veremos qué sale. Estamos recibiendo muchas propuestas".

Aunque la vida interna de los clubes es muy escasa, hacia el exterior es muy evidente porque se organizan muchas actividades y tienen muy buena acogida. Mikel, por último, reconoce las incógnitas que presenta el futuro. "La cuestión es saber si la actual estructura de nuestro club, y de otros similares, tiene futuro. Tenemos muchas actividades sociales, posiblemente seamos de los clubes que más hagamos, pero la verdad es que hay que darle muchas vueltas para que esto tenga vida".