CON una participación de unas seiscientas personas se celebró el pasado 23 de octubre en San Adrián la novena edición del día de los clubes de montaña, un evento anual que promueve la Federación Navarra y que en esta ocasión su organización corrió a cargo de la sociedad deportiva Ribera Mendi de la citada localidad de Tierra Estella. Ayudados por las buenas condiciones climatológicas, los asistentes pudieron disfrutar de una jornada con diversos actos lúdicos y deportivos, entre los que se incluía un atractivo recorrido por los alrededores de San Adrián que fue lo que más agradó a los participantes.
Los socios y colaboradores del club Ribera Mendi contaron con la inestimable ayuda de más de sesenta vecinos, que se encargaron de gestionar parte de la logística y de la señalización de los senderos preparados para la jornada.
Los eventos comenzaron pronto. Con la llegada, pasadas las nueve de la mañana, de los siete autobuses desplazados desde Pamplona, más otros que optaron por utilizar los vehículos particulares (sobre todo de las localidades cercanas), se inició la caminata por la ruta diseñada por el club Ribera Mendi. Sobre una distancia de unos 20 kilómetros (para los más pequeños se habilitó un recorrido alternativo algo más corto) los participantes pudieron disfrutar de los mejores paisajes que ofrece San Adrián.
de paseo por la zona La ruta transcurrió por la presa del río Ega, por la zona conocida de los pinares y el barranco de la escalera, desde cuyo alto se puede divisar el valle y el serpentear de las huertas abrazando el verde de las riberas de los ríos Ebro y Ega.
Para evitar el riesgo que podía suponer el tránsito de los caminantes por las carreteras, los organizadores descartaron el paseo por la orilla del Ebro y optaron por llevar a los participantes por la llamada zona de los molinos, que permite divisar las localidades de Peralta, Cárcar y Andosilla. Jaime Gómez, presidente del club Ribera Mendi, destacó la excelente acogida que tuvo el recorrido que se dispuso. "A la gente le encantó. Es verdad que no tenemos las montañas del norte, pero han podido conocer otro tipo de paisajes y algunas vistas espectaculares de las riberas del Ebro y del Ega".
Como no podía ser menos en una tierra reconocible por sus prestigiosos caldos, una parte del recorrido atravesó los viñedos de la zona, lo que sin duda constituyó otra de las sorpresas que aguardaba a los participantes. Incluso se habilitó un punto de avituallamiento, donde los más necesitados pudieron degustar las manzanas de la tierra y agua en abundancia. A media mañana se decretó un alto en el camino para poder degustar con calma el almuerzo, el momento que todos los montañeros saben disfrutar como corresponde. Con las fuerzas recuperadas, los caminantes acometieron la última parte del recorrido, que apenas tenía 200 metros de desnivel, para llevarles de nuevo al centro de la localidad después de casi tres horas de paseo.
A las 14.30 horas se reunieron todos en el frontón de San Adrián para la comida autogestionada, que estuvo amenizada por un grupo de música. El club Ribera Mendi quiso agradecer el trabajo de los colaboradores poniendo a su disposición uno de los platos con mejor acogida: las pochas.
un día para recordar Gómez quiso agradecer también el apoyo recibido por parte de las autoridades locales desde que tuvieron conocimiento de que serían los encargados de organizar el día de los clubes, como lo demuestra el hecho de que el alcalde, el socialista Emilio Cigudosa, además de ofrecerles la logística que pudieran necesitar -la mayor parte de la infraestructura la pone la Federación- quiso tomar parte en la caminata y en la posterior comida popular. Fue destacable también la presencia de más de 200 niños que formaban parte de los juegos deportivos, que se encargaron de dar colorido y ruido a la celebración.
El presidente del club Ribera Mendi se mostró visiblemente satisfecho con el resultado del evento y animado para continuar en nuevos proyectos. El próximo organizador del día de los clubes se conocerá en breve, aunque es posible que sea algún club al otro lado de la muga.