Mujer, salud y deporte
Doctores de la Clínica San Miguel de Pamplona exponen los beneficios, cuidados y prevenciones que deben adoptar las mujeres en la práctica habitual de actividad física
En los últimos años ha ido creciendo progresivamente el número de mujeres que se calzan las zapatillas y se ponen a correr como parte de un hábito de vida saludable. Sin embargo, una práctica tan sencilla y estandarizada en nuestros días tiene una historia muy reciente, ya que no fue hasta en las Olimpiadas de Ámsterdam de 1928 la primera vez que se permitió a las féminas competir realizando una distancia máxima de 200 metros. Pero tuvieron que pasar 32 años, en 1960, cuando se permitió ampliar la distancia y competir en la prueba de 800 metros, o esperar hasta 1972 para correr en la prueba de 1.500 metros. Se pensaba que la mujer ni podía ni debía correr distancias más largas. Ya en las olimpiadas de 1984 compitieron en maratón. Desde entonces la presencia de la mujer en el deporte es imparable y muestra de ello fueron los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008 donde el 42% de los atletas eran mujeres frente al 58% de hombres.
Conocer nuestro cuerpo Está claro que las mujeres son diferentes a los hombres y tienen necesidades concretas. Pasan por muchas etapas a lo largo de su vida, y en cada una de ellas, el cuerpo reacciona de manera determinada. Bien por causas anatómicas, hormonales, fisiológicas o psicológicas, las mujeres deben conocer los cuidados y prevenciones necesarios para practicar running de forma habitual.
En este sentido, el doctor Ricardo Ezcurra, ginecólogo de la Clínica San Miguel explica la importancia de mantener un estilo de vida saludable y una alimentación equilibrada para, entre otras cuestiones, “tratar y evitar la anemia ferropenia, un problema de déficit de hierro muy común en deportistas”. La falta de ácido fólico, infecciones, tumores o alteraciones hormonales o genéticas son algunas de las causas más frecuentes en la disminución de hierro que pueden producir cansancio, aumento de taquicardias, falta de aire o palidez, además de otros síntomas como dolor de cabeza, de pecho o mareos. En el caso de las mujeres, el embarazo y lactancia, la adolescencia y perimenopausia o las pérdidas excesivas por las menstruación pueden agravar la disminución de hematíes en la sangre. A la hora de practicar deporte se deben tener en cuenta estos factores y tratar la causa para mejorar los niveles de hierro, ya que “la prevención y el tratamiento nos permite realizar actividad física de manera segura”, indica el doctor Ezcurra. “Una dieta equilibrada y rica en hierro es la mejor baza para luchar contra la ferropenia”.
Por otro lado, las mujeres deportistas que practican running también deben enfrentarse a los problemas de disfunción de suelo pélvico derivados por la edad, obesidad, el tipo de trabajo, el tabaquismo, la ingesta de alcohol u otras enfermedades diversas como la diabetes, las infecciones urinarias de repetición o las patologías respiratorias, además de otros factores como embarazos y el parto que contribuyen a su debilitamiento. Según la doctora Lourdes Antolín, médico rehabilitador de la Clínica San Miguel, “diversos estudios demuestran que las mujeres que realizan deporte suelen tener un suelo pélvico más tonificado que las que tienen una vida más sedentaria”. Por contra, la doctora añade que “la incidencia de incontinencia urinaria en chicas jóvenes que practican ejercicio físico de alto impacto es más elevada que las que tienen hábitos más sedentarios”. Ante esta dicotomía, la doctora Antolín recomienda “entrenar sobre una superficie adecuada, aumentar la cadencia, evitar las cuestas abajo, reducir la distancia de carrera y renovar las zapatillas -generalmente entre los 800 y 1.000 km, además de vigilar el peso o alternar los entrenamientos de bajo y alto impacto”. En este sentido, resulta importante “modificar los hábitos de vida y las técnicas compartimentales, realizar ejercicios de suelo pélvico para su tonificación u otros más específicos a través de gimnasia hipopresiva, conos vaginales o estimulación del tibial posterior”, recalca.
Por último, la doctora Uxua Idiazabal, cardióloga de Clínica San Miguel, expone que la enfermedad coronaria causa más muertes en mujeres que en varones a partir de los 75 años y que la premenopausia incide directamente, ya que “se debe a que los estrógenos aumentan el valor del colesterol HDL y reducen el valor del colesterol LDL. Asimismo, tras la menopausia, el riesgo coronario tiende a equipararse debido al descenso de los estrógenos circulantes”.
Por su parte, la doctora también explica que existen otros factores de riesgo modificables como la hipertensión, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo o la dieta abundante en grasas. Por ello, la cardióloga incide en la importancia de realizar un reconocimiento específico en cada deportista en función de la edad, sexo y nivel de práctica deportiva que debería incluir “una historia clínica detallada, exploración física en la que se determine la aptitud deportiva cardiocirculatoria y se excluyan las enfermedades coronarias, la aparición de arritmias u otras alteraciones del corazón”. Asimismo, recuerda que la mínima aparición de síntomas como mareo, palpitaciones, dolor torácico o disnea “se debe consultar con el profesional médico para una evaluación”.
El running aporta numerosos beneficios tanto a nivel físico como psicológico, ayudando a estar en forma y conseguir una actitud más positiva y relajada. Pero es conveniente que “al comienzo de cualquier actividad deportiva se realice un reconocimiento médico previo.” apuntan los tres expertos.
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