En un párrafo

uando Miguel Indurain se retiró, comentó algo parecido a esto: “No voy a volver a andar en bici con lluvia o frío en toda mi vida”. Porque un profesional está obligado a hacerlo a menudo, y no solo en las carreras sino también en los entrenamientos, mientras que un corredor retirado se asoma al balcón y decide entonces si sale o no a la carretera. Y por detalles como ése nos asombra ver a Alejandro Valverde todavía en el pelotón con 42 años. Pocos deportes son a la vez tan exigentes en esfuerzo, horas de preparación y dietas estrictas como abonados a pasar miserias en forma de mal tiempo y de caídas inevitables de vez en cuando. No es de extrañar que tantas retiradas en otras disciplinas (fútbol, balonmano, baloncesto...) suelan ser forzosas -por no renovarles los contratos- mientras que los ciclistas, por mucho que les guste su deporte, a menudo deciden por sí mismos cuando echan pie a tierra por no compensarles ya tanto sacrificio.