El Barça ha conseguido su duodécima Champions League, la tercera de las últimas cuatro ediciones, al derrotar al Aalborg (30-31) en una ajustada final que Mikkel Hansen pudo empatar, en su última cita con el Lanxess Arena, con una falta con el tiempo agotado.

El primer acto ha tenido dos partes bien diferenciadas. En el arranque, el equipo de Carlos Ortega ha mostrado su versión fiable, industrial, la que le permite acumular goles de diferencia sin que parezca que se rompe nada. Liderado por Mem, Richardson y Calrsbogard, ha tomado tres tantos de ventaja en apenas siete minutos en los que Emil Nielsen —Ortega se ha decantado por él— ha contribuido a afianzar la delantera culé, que ha aprovechado para dar unos minutos de descanso a Dika Mem. No demasiados, porque los arreones daneses le han permitido igualar la contienda.

Con más argumentos y dos tantos de N’Guessan, el campeón de la Liga Asobal ha vuelto a abrir una brecha de dos tantos (8-10), lo que ha provocado que el entrenador del Aalborg, Stefan Madsen, llamara a los suyos a capítulo tras cinco minutos sin marcar un gol.

Un parcial de 3-1 llevaba el encuentro a otras coordenadas: Ortega ha optado por relevar a Nielsen —en un 32% de acierto— por Gonzalo Pérez de Vargas. El 39% que firmaba otro superclase mundial como Niklas Landin, compañero de Nielsen en la selección, obligaba al Barça a buscar más bajo palos.

Los últimos minutos antes del descanso han sido un volver a empezar y todo un aviso al equipo culé: llegar ajustados a la recta final era abonar el terreno a la sorpresa en un Lanxess Arena favorable al conjunto danés. Hoxer, una de las estrellas escandinavas la víspera junto a Arnoldsen, daba cuerpo a esa advertencia con la primera ventaja para los rojos en todo el choque: 15-14. Richardson, con un siete metros que se ha tenido que repetir, establecía la igualdad para el descanso.

El Barça aguanta

No ha habido grandes cambios en la segunda parte. El punto superior que ha mostrado el Barça no era suficiente para abrir una renta significativa en el marcador. El 20-22 de Blaz Janc ha sido la primera oportunidad para ello, pero el Aalborg, que había perdido sus once partidos contra el equipo catalán, no se resignaba a dejar marchar su segunda final tras la perdida ante el equipo culé hace tres años (36-23).

Sin encontrar la fórmula, Ortega ha vuelto a dar entrada a Nielsen cuando faltaban 13 minutos para el final. Dos balones del guardameta danés, mientras su homólogo del Aalborg se evaporaba, han sido claves en el final del partido.

Con 26-28 y los primeros síntomas de agotamiento, Madsen ha mandado parar el partido: ha subido la apuesta al ataque siete contra seis, pero más que la modificación, la exclusión de Dika Mem a falta de tres minutos y medio para el final ha dado alas al Aalborg.

Sucesión de errores

Con minuto y medio por delante y el 30-31 que ha establecido Arnoldsen, una pérdida de Petar Cikusa ha dado al Aalborg la última vida que precisaba. Un criterio dispar a la hora de aplicar un pasivo más permisivo con los daneses, ha dado segundos al equipo de Madsen. Hoxer, sobre quien recaló gran parte del peso de la víspera, no ha atinado por dos ocasiones. Ni N’Guessan para cerrar el choque.

Con 30-31 aún, una falta final de Dika Mem, por la que ha sido excluido, era la última bala del Aalborg ante un Lanxess Arena repleto de 20.000 almas tensas . El ejecutor responsable, uno de los grandes jugadores de la época en su última Final Four: Mikkel Hansen.

La estrella danesa no ha acertado ante la barrera culé y la portería de Nielsen. El cielo y el suelo se han abierto de golpe. El segundo, para un Aalborg que ha perdido su docena de partidos contra el Barça, incluidas las dos finales europeas.

Y el cielo para un Barça que su dominio va mucho más allá de la Liga Asobal y suma su duodécima Copa de Europa (la EHF le contabiliza 11). Con su presidente, Joan Laporta, en el escenario en la entrega del trofeo, solo el balonmano masculino -para quien la victoria ha vuelto a tener un efecto liberador- y el fútbol femenino son capaces de darle la gloria polideportiva de otros tiempos. Tres de las últimas cuatro Champions son blaugranas.