Tenemos la segunda etapa de la Vuelta marcada con una equis. Es una etapa en la que creo que sí puede llegar una fuga.

La primera parte del recorrido es una zona repechera. Mucho sube y baja, no hay un metro llano. Y luego está Aralar. Hablamos de un puerto que exige media hora de subida. Por ejemplo, para subir a Arrate se necesita menos de la mitad. Subiendo a tope, Aralar necesitará unos 27 minutos. Eso significa que muchos sufrirán. Es como subir a un octavo sin ascensor. Rampa, descansillo, rampa, descansillo. Se hace muy duro. Poca broma. Además, los últimos tres kilómetros son constantes y con rampas muy duras que no bajan del 10%.

En Aralar puede haber diferencias entre los de la general. Los más fuertes llegarán destacados arriba. Será un grupo muy reducido. Es una subida que se adapta mejor a los escaladores puros. Hay que subir muy bien.

Es casi seguro que en Aralar entre la niebla. Es otro factor a tener en cuenta. Si alguien corona con diez segundos, incluso con menos, puede ganar la etapa. No hay terreno para corregir errores. El autor es director del equipo navarro Caja Rural-Seguros RGA